Regirá desde el primero de noviembre, mejorará las condiciones del sector y permitirá que el país abandone un sistema de comercialización que ya fue eliminado en el resto del mundo. Quejas de parte de la industria por la adaptación.

Con la firma del Secretario de Agricultura, Juan Jose Bahillo, el gobierno oficializó un nuevo sistema de comercialización de la carne en trozos menores de 32 kilos, lo que supone el fin del modelo de media res. La motivación principal es evitar que los trabajadores sigan cargando cien kilos de carne sobre sus hombros en la distribución en las carnicerías, y transparentar el circuito a través de la identificación de los trozos desde la playa de faena. Exportadores, sindicatos y gobierno aseguran que el nuevo modelo mejorará las condiciones de trabajo, evitará riesgos sanitarios y transparentará un sector mayoritariamente informal. Las cámaras empresarias advierten los costos extra de cambiar el sistema y alertan por un impacto en los precios.
No resulta extraña la imagen de trabajadores cargando sobre sus hombros la media silueta de una vaca (media res) desde el camión hasta las carnicerías. En esos traslados, sugiere la Organización Internacional del Trabajo (OIT), se pone en riesgo la salud de los trabajadores por el sobrepeso que cargan. Es que, dependiendo del bovino, cada mitad puede alcanzar entre los 90 y 120 kilos. En esos traslados, sugiere el gobierno, se exponen riesgos sanitarios como la esqueriquia coli al arrastrar la media res por el piso.
La medida publicada en el Boletín Oficial regirá desde el primero de noviembre, y permitirá que el país abandone un sistema de comercialización que ya fue eliminado en el resto del mundo, salvo en Paraguay. Establece que las medias reses sean fraccionadas en partes que no superen los 32 kilos. Además, fomenta la trazabilidad desde las plantas de faena, clave para mitigar riesgos sanitarios y darle transparencia a un sector que cuenta con mucha comercialización informal.
Las plantas faenadoras deberán prever en playa de faena la cantidad de trozos que se realicen e identificar cada uno de ellos con sellos sanitarios y comerciales que contengan especificidades técnicas que permitan su trazabilidad. Otro cambio importante que establece la resolución fue poner fin a los característicos sellos a tinta violeta que se veían en los pedazos de carne. Ahora deberán tener una etiqueta impresa que contendrá, como mínimo, el nombre, números de inscripción en los registros y de habilitación sanitaria y CUIT del establecimiento faenador, del titular de la faena y la clasificación, tipificación y destino comercial del pedazo de carne, cantidad de dientes, tipo de contusión y denominación del trozo.
Fuente: (Página 12)