Se extrajeron de los celulares de los acusados y son analizados por un experto en la séptima audiencia. Luego se debatirán las similitudes entre la zapatilla hallada y las marcas en el rostro de la víctima.

En la séptima audiencia del juicio por el crimen de Fernando Báez Sosa -asesinado a golpes a la salida de un boliche de Villa Gesell-, el debate se centra sobre el material hallado en el celular de los ocho rugbiers acusados y las similitudes entre la zapatilla hallada y las heridas que presentaba la víctima en su rostro.
Un inconveniente técnico pospone la declaración de Almirón
Hubo un problema con el pendrive por lo que comenzó a declarar María Eugenia Cariac hasta solucionar el inconveniente.
La criminalista fue convocada para brindar precisiones sobre la presunta similitud entre la zapatilla Cyclone negra con suela blanca utilizada por el acusado Máximo Thomsen, y la huella en el rostro que presentaba Fernando.
Declaró Haydeé Almirón sobre la pericia scopométrica
La comisario jefa del Gabinete Científico de Mar del Plata de la PFA fue citada para referirse a la pericia scopométrica que comparó el dibujo de las suelas de los calzados secuestrados a los imputados con la huella hallada en el rostro de la víctima.
Luego fue el turno del testimonio de un policía
Se trata de David Larrosa, quien presenció la toma de la impresión plantar de los acusados y explicó también brevemente cómo hizo los moldes de los pies.
La audiencia siguió con la declaración de otra perito
Es María Luján Elvira Molina, quien intervino también en las pericias para establecer las medidas de los pies de los imputados. Su testimonio fue breve. Como dato saliente, contó que Thomsen calzaba entre 40 y 41.
Se reanuda la audiencia con la declaración de María Emilia Salamendi, licenciada en criminalística
Fue quien realizó el peritaje sobre los pies de los imputados. «Se hizo descalzar a los imputados y se le tomó la medida de los pies», explicó, y agregó que se le tomó las medidas también a los pies a Pablo Ventura, el remero falsamente acusado. Como anécdota, relató que eran tan grandes que eran no entraban en una hoja tamaño A4.
Lo que se viene: el análisis de la zapatilla

Cómo se realizó ese análisis y dónde está el banco de huellas más grande del país. Antecedentes de resoluciones de casos.
Tan conmovida como la de Villa Gesell o Zárate, la sociedad misionera sobrellevó un impacto de esas características en mayo de 2010. Ramona Mercedes Giménez Gauto (37) era una reconocida empresaria del rubro panadero, una actividad que en su momento la había asociado a su ex pareja, José Alberto de Jesús. El mismo hombre que le abrió la puerta del departamento que la mujer tenía en el centro de la ciudad a la policía, tras el macabro hallazgo que habían presenciado sus hijos.
Ramona había sido asesinada, brutalmente golpeada. Todo era desolación y llanto. Todos creían que había sido durante un intento de asalto, hasta que las pericias comenzaron a dar resultado. Primero, determinaron que el asesino era alguien de confianza de la panadera. Luego, llegó la prueba clave: la huella de una zapatilla. Uno de los policías observó el detalle y tras hacer el análisis de scopometría se comprobó que una de las marcas en el rostro de la mujer coincidía con el diseño de la suela del calzado de De Jesús. Esas Diportto talle 41 que llevaba el asesino habían sido un regalo de su víctima.
El 17 de abril del 2015, el Tribunal Penal 2 de Posadas condenó a De Jesús a la pena de prisión perpetua por el homicidio calificado por el vínculo. El asesino era experto en artes marciales y, a pesar sus lágrimas en plena escena del crimen, una pericia forense lo condenó.
