El presidente Javier Milei ya participa de la Cumbre de Líderes del G20, donde llegó acompañado por su hermana Karina al Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro y se saludó con el mandatario de Brasil, Lula Da Silva. El encuentro fue distante y frío, tal como se presumía, ya que existe una fuerte tensión entre ambos.
Casi sin mediar palabra, ambos presidentes se ubicaron para protagonizar la protocolar foto institucional en Río de Janeiro.
El presidente Javier Milei llegó este lunes por la mañana al Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro para asistir a la Cumbre de Jefes de Estado del Grupo de los 20 donde fue recibido por su par de Brasil, Luiz Inació Lula da Silva, quien se mostró distante ante la visita.
El mandatario libertario llegó a la sede minutos antes de las 11, acompañado de la secretaria General de la Presidencia, su hermana Karina Milei, y protagonizó un breve y protocolar intercambio con el líder del Partido de Trabajadores (PT).
El anfitrión, escoltado por su esposa Rosángela «Janja» da Silva, le extendió la mano al libertario y, casi sin mediar palabra, a excepción de los cordiales buenos días, ambos se ubicaron para protagonizar la protocolar foto institucional.
La única que tuvo unas breves palabras fue Janja para indicarle a la menor de los Milei el lugar que debía ocupar previo a los flashes.
Minutos antes de la llegada del jefe de Estado, el fundador del PT había recibido a Joe Biden, presidente saliente de Estados Unidos, junto al que intercambió risas y le contó algunos detalles del mapa de Río de Janeiro que oficia de banner de la Cumbre.
La distancia entre Lula y Milei data de las diferencias ideológicas y de los insultos que el libertario propició en campaña contra el tres veces presidente de Brasil al que, en más de una oportunidad, calificó de «corrupto» y «comunista».
«No he hablado con el Presidente de Argentina porque creo que (antes) tiene que disculparse con Brasil y conmigo, ha dicho muchas tonterías, solo quiero que se disculpe», sostuvo en una oportunidad el brasilero.
Pese a los pedidos, Milei decidió redoblar la apuesta: «Las cosas que dije son ciertas. ¿Cuáles son los problemas? ¿Qué le dije corrupto? ¿Acaso no fue preso por corrupto? ¿Qué le dije comunista? ¿Acaso no lo es? ¿Desde cuándo hay que pedir perdón por decir la verdad?».
En Casa Rosada le achacan al mandatario brasileño haber tomado parte de la elección al respaldar al candidato de Unión por la Patria, Sergio Massa, en el balotaje en el que el libertario resultó electo.