Aseguran que Gustavo Bordet, con los números en la mano de un único sondeo realizado a fines del 2024 que le habría dado muy mal en cuanto a su imagen en la opinión pública entrerriana, desiste ser candidato para las intermedias de este año y elige como salvoconducto al extitular de Aduana en la gestión de Alberto Fernández.

Guillermo Michel, exdirector nacional de la Aduana Argentina durante la gestión de Sergio Massa como ministro de Economía y a quien señalan como mano derecha del excandidato presidencial, sería quien encabece la lista de la oposición entrerriana para la banca que ocupara el ex-armador político de Gustavo Bordet, hoy en prisión domiciliaria en Paraguay, Edgardo Kueider.

La decisión del exgobernador del peronismo en Entre Ríos se sustenta en los malos resultados obtenidos en dos encuestas que salieron a medir a posibles candidatos y candidatas para las legislativas de este año. La caída estrepitosa que experimenta la imagen de Bordet en la opinión pública hace pensar que, las esquirlas del escándalo Kueider finalmente lo tocaron. Especulan en el entorno del expresidente del PJ entrerriano, que el paso del tiempo va a ir reacomodando algunas ideas sobre un enredado presente por el que viene atravesando fundamentalmente, la estructura partidaria.

Foto de archivo – Bordet, Michel, Bahillo, Massa

Guillermo Michel busca, a partir de denuncias mediáticas,(ya que él mismo aseguró que es un hombre de la política y no hace denuncias en la justicia), intentar marcar su perfil propio polarizado con LLA, creando musculatura propia en las filas del peronismo, algo que -segun lo expresan incluso algunas autoridades partidarias- aún no parece estar logrando.

De la misma manera, Michel viene apuntando al actual gobernador Rogelio Frigerio (JxER), quien hasta el momento no ha salido a responder, ni a subir a nadie a la arena de la discusión política, tal vez como parte de una estrategia que llega incluso hasta las terceras líneas de su gobierno. «Nadie polariza con nadie del peronismo». Esto expone una línea de conducción: «a los posibles candidatos de la oposición, le saldrán a pelear terreno otros posibles candidatos de su mismo espacio», aseguran en el entorno del gobierno. Con esto, el frigerismo demuestra que sea Michel, Bordet o quien sea, tendrá la difícil tarea de ordenar la propia tropa primero, si se saltean ese paso para intentar pelearse o exponer al gobierno actual, erran en la estrategia y «pierden tiempo».

Aparece una vez más, aquella vieja premisa que asegura que: «el peronismo es uno cuando está en el poder, y otro muy distinto cuando carece de él».

En el interior del PJ de Entre Ríos ya aseguran que, por el momento no convencen para una pronta unidad, ni Bordet, ni Michel, ni Massa, y lo que es más preocupante, tampoco Cristina Fernández de Kirchner. Las señales no son claras y los desánimos urgentes.

Por lo pronto, lo de la posible candidatura de Michel, acordada entre cuatro paredes de una habitación muy lejos de los pagos entrerrianos, a los primeros que molesta es a los militantes. Otra vez la falta de construcción de liderazgo desde abajo hacia arriba. Un ejercicio que tsl vez, tendrá mayor validez para el 2027.

En estas mismas líneas, hay que decir que, los ruidos de un evidente desorden puertas para adentro del peronismo entrerriano son muy fuertes y necesariamente está ligado a una falta de liderazgo autóctono que aparece en la escena opositora constantemente. Para colmo, si hay algo que Guillermo Michel viene dejando más o menos claro, es que su trabajo de campaña tendrá un fuerte componente mediático y eso implica importantes inversiones en los medios centrales capitalinos, más que en los que habitan el microclima político entrerriano y mucho más que el «face you face» de la vieja escuela, desde donde se le pueden cantar la justa.

No se sabe bien qué tan tiempista es este posible candidato, el año recién comienza y en la era Milei, pareciera que suceden un millón de cosas en cuestión de horas. Algo a lo que también habrá que ir adaptándose, especialmente en la estructura de un partido político como el Peronismo, que suele tener definiciones tan sobre la hora que a veces, queda corto con el tiempo que le demanda levantar resentidos.

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