No es la primera vez que el Gobierno nacional utiliza dispositivos audiovisuales y altoparlantes en las estaciones de trenes para inhibir una medida de fuerza gremial o protesta social. Mientras tanto, el paro general se lleva adelante con una fuerte adhesión, salvo por la UTA.

Una vez más, el Gobierno nacional decidió usar recursos del Estado para hacer propaganda en contra de una medida de protesta de gran magnitud. En la previa del paro nacional convocado por la Confederación General del Trabajo (CGT) que se lleva adelante este jueves, ayer a la noche el Gobierno de Javier Milei lanzó una campaña audiovisual en las estaciones de trenes bajo el título «Ataque a la República» y con altoparlantes que reproducían lo escrito en los carteles.
«La casta sindical atenta contra millones de argentinos que quieren trabajar. Si te extorsionan o te obligan a parar, denunciá al 134», indicaba el video publicado en redes por el vocero presidencial Manuel Adorni.
La pieza audiovisual pudo verse en pantallas de estaciones ferroviarias del AMBA, en un intento del Gobierno por instalar su postura crítica frente al paro nacional de 24 horas que comenzó a las 00:00 de este jueves.
No es la primera vez que el Gobierno hace uso de dispositivos audiovisuales para atentar contra una medida de fuerza gremial o social. La primera vez fue en diciembre de 2023, en vísperas de una manifestación anunciada por la izquierda en conmemoración del estallido social del 2001. Allí amenazó con quitar los planes sociales a quienes «cortaran» las calles para protestar. Lo propio hizo en octubre del 2024 frente al segundo paro nacional convocado por la CGT y, recientemente, a fines de marzo, en la previa a una de las marchas que llevan adelante las y los jubilados todos los miércoles, amenazaron en esos mismos carteles que la Policía iba a reprimir.
En simultáneo, la CGT publicó un extenso comunicado en el que denunció que «el costo del ajuste recayó sobre los trabajadores activos y pasivos» y acusó al Ejecutivo de «insensibilidad frente a los problemas de la gente». También reclamó paritarias libres, aumento de emergencia a jubilados, fin de la represión a la protesta social y rechazó a las privatizaciones de empresas estatales como Aerolíneas Argentinas y el Banco Nación.
El paro tuvo una gran adherencia con cancelación total de trenes, subtes y premetro, además de interrupciones en los sectores aeronáutico, marítimo, fluvial y portuario.
En contraste, la UTA no adhirió. Según trascendió, el sindicato que conduce Roberto Fenández, negoció con el Gobierno nacional no sumarse al paro para quitarle peso a la medida gremial a cambio de que no se avance con una investigación por presuntas irregularidades en la obra social de su gremio, por lo que los colectivos circulan con normalidad en el Área Metropolitana. La excusa de la conciliación obligatoria le sirvió al gremio de excusa para no sumarse a la medida.