Frente a una licitación de deuda que renovó apenas un 61 % de los vencimientos (sobre $15 billones), el ministro de Economía, Luis “Toto” Caputo, desplegó una batería de medidas para retener liquidez en el sistema financiero. En particular, ordenó a los bancos aumentar sus encajes y cumplirlos diariamente, limitando así la disponibilidad de fondos que podrían presionar el tipo de cambio.

Medidas clave y contexto
El Tesoro dejó sin renovar casi $6 billones, fondos que el mercado temía sean volcados al dólar. Para prevenirlo, anunció una licitación extraordinaria el lunes siguiente, orientada a absorber ese excedente.
El Banco Central (BCRA) elevó los encajes obligatorios en 5 puntos porcentuales —2 % sin remunerar y 3 % remunerado— y modificó la norma: deberán cumplirse en forma diaria, penalizando los incumplimientos con tasas elevadas.
Caputo, junto con el presidente del BCRA, Santiago Bausili, insistió en público: “No vamos a dejar que vaya ni un peso al mercado” y ratificó que pausaron la compra de dólares para no expandir la base monetaria.
Reacciones del sector bancario y de los analistas
La medida generó descontento en la banca, que reclama liquidez y considera arbitrarias algunas normativas fuera de programa.
Analistas destacan la magnitud del desafío: tener casi $6 billones sin renovar es una presión enorme. El encarecimiento del crédito y las tasas altas profundizan la tensión.
El consultor Pablo Moldovan sostuvo: “La tensión entre el Gobierno y los bancos todavía sigue”, mientras que Christian Buteler criticó la ineficacia de los instrumentos disponibles: “Les das títulos a 30 días y vas a tener este tipo de problemas”.
Matías Rajnerman anticipó vencimientos pesados en los próximos meses (hasta $48,5 billones hacia fin de año), lo que podría agravar la situación si persisten estas dinámicas.
Impacto en ahorristas y potencial efecto reemplazo fintech
Aunque la restricción está dirigida a los bancos, los ahorristas podrían reaccionar buscando alternativas —por ejemplo, billeteras digitales o fondos fintech— que pueden ofrecer mejor rendimiento o flexibilidad frente a las restricciones del sistema tradicional.
Si bien no se anunció un límite directo a los retiros personales, el endurecimiento de encajes y la necesidad de liquidez obligan a los bancos a ajustarse, lo cual podría traducirse en disponibilidad más ajustada de efectivo o condiciones más estrictas en general.
Conclusión
La estrategia de Caputo se inserta en un contexto de alta volatilidad e incertidumbre: con una obligación de deuda parcialmente renegociada y un volumen sustancial de pesos en circulación, el Gobierno decidió endurecer el control de la liquidez bancaria para evitar un traslado cambiario e inflacionario.
Si bien los instrumentos —como nuevas licitaciones y encajes diarios— apuntan a contener desequilibrios macroeconómicos, también ahogan la operatividad bancaria y elevan la tensión en el sistema financiero.
Para el ciudadano común, el desafío podría ser diferente: ante menos alternativas formales, podrían reforzarse los canales digitales o informales, poniendo en relieve las tensiones entre regulación, estabilidad y flexibilidad financiera.