El IPIM del Indec alcanzó su valor más alto del año, con rubros fuertemente dolarizados como los de mayor incidencia.

Con fuerte impacto de la suba del dólar, la inflación mayorista volvió a acelerarse en agosto para superar el 3% y alcanzar la cifra más alta del año. Se trata de un dato negativo para el gobierno de Javier Milei, ya que augura un escenario similar para septiembre que podría, a su vez, impactar en un nuevo aumento de la inflación minorista.
Así lo reveló el Indec este miércoles al dar a conocer el Índice de precios internos al por mayor (IPIM) de agosto a nivel nacional, que fue del 3,1%. Con esta cifra, la inflación mayorista acumula un 15,7% en lo que va del año, mientras que a nivel interanual la suba es del 22,1%.
El número de agosto fue el más alto del año, al crecer tres décimas respecto al 2,8% de julio, que a su vez había sido el más alto hasta entonces junto con el de abril. Evidentemente, la suba de precios mayorista subió un escalón en los últimos meses, ya que se duplicó respecto a las cifras del primer trimestre.
¿Ahora sí el dólar pasa a precios?
Lo más grave para el Gobierno es la dinámica a la que la inflación mayorista parece estar obedeciendo, que no es otra que el traslado a precios de la suba del dólar.
La divisa estadounidense había dado un gran salto en la última semana de julio, de aproximadamente un 7%, que supuso la mitad de lo que aumentó durante todo ese mes. Fue, además, su primera suba brusca desde la salida del cepo, en abril pasado.
Esto auguraba un gran traslado a precios para la inflación minorista del mes pasado, pero que finalmente no se produjo, ya que el Indec mostró que el IPC de agosto fue de 1,9%, igual que el de julio. Para los economistas, se debió a la baja demanda general, en el contexto del fuerte torniquete a la economía que implementarion el Ministerio de Economía y el Banco Central vía suba de tasas y de encajes.
Sin embargo, todo indica que el pass through fue más claro y contundente en el caso de la inflación mayorista. El IPIM fue del 2,9% en el caso de los productos importados, muy sensibles al dólar, y del 3,1% entre los productos nacionales. Aun así, el desagregado da cuenta de que estos últimos también subieron por el movimiento en la divisa.
Precisamente, dentro de los “productos nacionales”, las divisiones con mayor incidencia en el 3,1% total fueron “Productos agropecuarios” (0,61%), “Productos refinados del petróleo” (0,55%), “Vehículos automotores, carrocerías y repuestos” (0,36%), “Petróleo crudo y gas” (0,29%) y “Sustancias y productos químicos” (0,23%), todos rubros o bien transables o bien directamente dolarizados.
Con todo, el traslado del dólar a precios también parece haber alcanzado al consumo masivo. Nicolás Vaccaneo, vocero de la Cámara Argentina de Distribuidores y Autoservicios Mayoristas (CADAM), señaló a El Destape que «la mayor causa (de los aumentos) es la suba del dólar», y detalló que recibió «varias listas con aumentos, de 5% en promedio, en general de proveedores que no aumentaban hace dos o tres meses».
En estos casos, suele suceder que, más allá de que haya o no un motivo concreto de costos, las empresas suelen aprovechar las coyunturas de disparada del dólar como excusa para finalmente aumentar los precios.
La suba en los mayoristas ya impactó en los precios al consumidor. Fernando Savore, vicepresidente de la Confederación General Almacenera Nacional, precisó a este medio que desde mediados de agosto «hay varios precios que se están moviendo» y que «algunas alimenticias hablan de subas de entre el 5% y el 9%». Aquí vuelve a jugar la baja demanda minorista como freno a los aumentos, pero todo tiene un límite. «Es resistir hasta donde podemos», advirtió el refrente almacenero.
Si efectivamente la suba del dólar de julio impacta en el IPIM de agosto y este, a su vez, impacta en el IPC de septiembre, el riesgo para el Gobierno es que esta dinámica se extienda en loop, y que lo mismo ocurra en las próximas semanas a raíz del nuevo salto en el dólar post elecciones bonaerenses. (El Destape)