Durante el segundo trimestre del año, el Indec registró un aumento significativo de los trabajadores por cuenta propia y de las horas trabajadas por quienes mantienen una relación de informalidad.

La precarización laboral avanza. De acuerdo al último informe sobre la generación del ingreso publicado por el Indec, al segundo trimestre del año se destacó un fuerte avance del cuentapropismo y de la cantidad de horas trabajadoras por parte de los que mantienen vínculos laborales informales. La sociedad que está construyendo el programa de La Libertad Avanza es cada vez más desigual. Las familias, endeudadas, no llegan a cubrir sus gastos mensuales.
De acuerdo a un trabajo del Mirador de la Actualidad del Trabajo y la Economía (MATE), “el salario real en el sector privado se estancó 5 puntos por debajo del nivel que tenía al asumir Milei, hace 10 meses que no crece”.
Este escenario puede traducirse en una enorme transferencia de recursos desde los trabajadores hacia los principales sectores concentrados de la economía vernácula. “55 billones de pesos es el total de la transferencia de ingresos que se produjo en la economía por la caída del costo salarial”, puede leerse en el informe del MATE.
La desigualdad avanza
Durante el segundo trimestre del año, hubo una mejora de la remuneración al trabajo en relación al valor agregado bruto pero a costa de una mayor precarización laboral; mientras que el excedente bruto de explotación – es decir la riqueza generada por la empresas – tuvo una disminución de 4,3 puntos porcentuales en la comparación interanual. Esto se explicó por la baja en los sectores “Agricultura, ganadería, caza y silvicultura” (-1,97 puntos porcentuales), “Industria manufacturera” (-1,71 puntos) y “Comercio mayorista, minorista y reparaciones” (-0,88 puntos).
“Las políticas de ajuste provocaron una fuerte contracción en los sectores más intensivos en trabajo —industria, construcción, comercio, administración pública—, mientras que el crecimiento se concentró en ramas de baja densidad laboral como el agro, la minería y las finanzas. El deterioro del empleo es el correlato directo de este proceso”, sostuvo Ana Rameri, integrantes del Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas que coordina Claudio Lozano.
Por ende, el aumento de la participación salarial dentro del PIB estuvo lejos de expresar un efecto virtuoso. “La aparente resistencia del ingreso laboral no refleja una mejora en la remuneración del trabajo, sino el colapso del aparato productivo en los sectores afectados. Al destruirse puestos y capacidad instalada, el valor agregado generado se reduce en mayor proporción que la masa salarial”, agregó Rameri.
Otro dato sobresaliente del informe oficial tiene que ver con el crecimiento de los trabajadores no asalariados (cuentapropistas), con un alza del 3,2% interanual; los registrados solamente avanzaron un 0,7%. En un año, 186.000 personas dejaron de ser asalariadas para convertirse en cuentapropistas, el sueño húmedo del emprendedurismo libertario.
Pero el documento oficial también destacó otro dato; se necesitaron más horas de trabajo para subsistir. “En este trimestre se observa un ascenso de 1,3% en las horas trabajadas respecto al mismo trimestre de 2024. Las horas de los asalariados subieron 1,3% y las de los no asalariados crecieron 1,1%. En el caso de los registrados, el incremento de las horas trabajadas es de 0,3%, mientras que las horas correspondientes a los no registrados tuvieron un aumento de 3,8%”, puede leerse en el informe del Indec.
En el desagregado por sector, los peones rurales totales registrados por el Indec ascendieron a 1.312.000; de ese total, solamente 347.000 estuvieron bajo una relación de dependencia (26%) y 518.000 trabajaron en la informalidad (39%). Los cuentapropistas fueron 447.000 (34%).
También tuvieron que trabajar más horas para subsistir. Los peones no registrados, que son la primera mayoría dentro de este conjunto de trabajadores, dedicaron 51 horas más de trabajo para sobrevivir durante el segundo trimestre del año.
En el caso de la construcción ocurrió algo similar, una de las industrias más golpeadas por la administración Milei y su programa de obras públicas cero. Del total de 1.807.000 trabajadores, solamente el 21% se desempeñó bajo condiciones de formalidad, mientras que los no registrados fueron el 33% y los cuentapropistas, otro 45%. Al segundo trimestre del año, los no registrados tuvieron que dedicarle 30 horas más para subsistir.
La destrucción de empresas avanza
El programa económico de motosierra ejecutado por el secretario de Economía, Luis Caputo (el ministro es Scott Bessent, titular del Tesoro norteamericano), tiene su correlato en la destrucción de empresas y puestos de trabajo totales.
De acuerdo a un documento del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), ente noviembre de 2023 y julio de este año hubo una disminución en la cantidad de empleadores con trabajadores registrados, pasando de 512.357 a 494.274.
“Esto implicó una contracción de 18.032 empresas, es decir, casi 30 (29,69) empresas por día, reflejando una tendencia negativa en el tejido empresarial durante el período”, indicaron desde el CEPA.
El sector de Transporte y Almacenamiento fue el más afectado, con una pérdida de 4.468 empleadores durante el período analizado. Otros rubros también registraron caídas significativas, como fue el caso de Comercio al por mayor y al por menor, reparación de vehículos automotores y motocicletas (-3.131); Servicios inmobiliarias (-2.829); Servicios profesionales, científicos y técnicos (-1.952); Industria manufacturera (-1.795) y Construcción (-1.737).
Este escenario tuvo su correlato en la destrucción de puestos de trabajo. La cantidad de empleados en las unidades productivas se redujo un 2,57%, lo que representó una pérdida de 253.728 puestos de trabajo.
El sector económico más afectado por la recesión planificada de la administración Milei en términos de pérdida de puestos de trabajo fue el de Construcción, con una reducción de 83.803 trabajadores entre noviembre de 2023 y julio de 2025. Le siguieron el sector de Administración pública, defensa y seguridad social obligatoria, que perdió 75.435 puestos en el mismo período.
También registraron caídas significativas los sectores de Servicios de transporte y almacenamiento, con 55.259 empleos menos, e Industria manufacturera, con una pérdida de 49.738 puestos de trabajo. (El Destape)