Con el crecimiento del bloque oficialista y el empoderamiento de Martín Menem, gobernadores, espacios dialoguistas y sectores del medio aceleran contactos para armar una estrategia común que evite quedar relegados en un Congreso donde libertarios y peronistas concentrarán más de 180 bancas.

La tensión en la Cámara baja se mueve al ritmo del fortalecimiento de Martín Menem, que transita los pasillos del Congreso con una seguridad que pocos discuten: su reelección como presidente del cuerpo el próximo 3 de diciembre parece descontada. Mientras tanto, los principales referentes de La Libertad Avanza siguen a fondo con un objetivo que no ocultan, sumar diputados para transformarse en la primera minoría.
En ese clima, los espacios dialoguistas, los gobernadores y los bloques del medio, todos conscientes de que quedarán achicados en una cámara donde libertarios y peronistas concentrarán más de 180 de las 257 bancas, aceleran conversaciones para armar una agenda que les permita resistir.
Entre los más activos aparecen los mandatarios de Provincias Unidas, que ya consolidaron un grupo común con anclaje en Córdoba y Santa Fe. Allí se mueven Martín Llaryora, Maximiliano Pullaro, Ignacio Torres, Carlos Sadir y Claudio Vidal, que negocian con Encuentro Federal mientras siguen de cerca los movimientos de una parte del radicalismo.
El radicalismo, por su lado, tantea una posible fusión con Democracia, buscando engordar su volumen político. Desde su bloque, tienen claro que, con tan solo 12 diputados, quedan por fuera de todas las comisiones.
Pero donde más dinamismo hay es en el norte, especialmente en el peronismo. El que lidera ese operativo es el gobernador salteño Gustavo Sáenz, decidido a construir un bloque regional que luego se articule en un interbloque mayor. Su idea incluye sumar a los legisladores de Innovación Federal, que quedan con cinco bancas, además de los espacios Coherencia y MID.
Ese esquema, sin embargo, choca con un límite que aparece cada vez que alguien levanta la mano, el del riesgo de quedar demasiado cerca del oficialismo. “Los gobernadores son dialoguistas y algunos ya le hacen reverencias a Karina Milei, entonces los sueltos no quieren ser libertarios blue. Las conversaciones también van en esa línea”, confío una legisladora a Infobae.
La figura de Martín Menem aparece como eje común en casi todas las conversaciones. El riojano, que ganó protagonismo tras las elecciones de la mano de Karina Milei, también acumuló enemistades tanto en la Casa Rosada como en el propio Congreso. Algunos diputados lo señalan como alguien que “no paga lo que promete” cuando se trata de acuerdos parlamentarios.
Del otro lado, los libertarios siguen sin improvisar. Preparan a los nuevos, mantienen su estrategia de sumar voluntades de otros espacios, sobre todo de los que se “destiñen” más rápido, y empujan, en paralelo, la posibilidad de una fractura en el bloque peronista.
En este contexto, en el Congreso circulan versiones sobre posibles movimientos en el mapa parlamentario. En los pasillos dan por hecho que habría al menos tres diputados del PRO evaluando sumarse a La Libertad Avanza, mientras distintas fuentes legislativas mencionan que el Gobierno mantiene contactos para tentar a Raúl Jalil y Osvaldo Jaldo a revisar su permanencia en Unión por la Patria. En paralelo, dirigentes con amplia trayectoria en la Cámara describen al oficialismo en una fase de recolección acelerada de nuevos aliados, una estrategia que podría alterar la correlación de fuerzas en las próximas semanas.