Ocurrió en un campo de Rincón de Nogoyá, aunque aseguran que lo mismo está sucediendo en el norte entrerriano. El origen de esta gran pérdida está en la mineralización del suelo que produjo la sequía y que absorben las pasturas.

Alrededor de 200 novillos murieron intoxicados y todo indica que en forma indirecta ha sido una consecuencia de la sequía. Esta semana un veterinario de nuestra ciudad  se comunicó  con el Ing. Raúl Brassesco (titular del Inta), dando cuenta de que en un campo de Rincón de Nogoyá, un lote de bovinos estaban comiendo  en una pastura de ray grass y en forma abrupta comenzaron a morir. 

Vinculado con esta problemática, el mencionado profesional hace un tiempo que viene observando el fenómeno que había generado mortandad de vacunos  en distintos campos de nuestra zona, y aunque hubo pocos animales afectados, fueron suficientes como para alertar al cuerpo técnico de la estación experimental. “Nos reunimos varios profesionales para realizar las recomendaciones a los productores por esta situación y elaboramos un instructivo que difundimos a través de las redes”, dijo.

Explicó que por la falta de agua en los suelos se produce un proceso de mineralización donde el nitrógeno, componente natural del mismo, por efecto de la sequía se transforman en nitratos, que son altamente tóxicos.

En estos casos ciertas plantas de avena, raigrás, trigo, maíz, sorgos y muchas malezas, que toman nutrientes de la tierra, pueden acumular grandes cantidades de nitratos bajo ciertas condiciones especiales, como en este caso la sequía. Este verdeo, que contiene altas cantidades de este mineral, al ser ingerido por los bovinos, de acuerdo a las cantidades, provoca intoxicación y muerte. Se debe tener en cuenta que afecta a los rumiantes de todas las edades y estados fisiológicos.

Síntomas

Las  intoxicaciones causada por estos  derivados del nitrógeno genera determinados síntomas en bovinos, que son entre otros: dificultad para respirar (respiración rápida y trabajosa), incoordinación para caminar, temblores, orinan frecuentemente y el color de la mucosa pasa de ser rosada a grisácea o parduzca.

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