La siderúrgica anunció paros parciales en su planta de Villa Constitución por baja en la demanda; afectados son empleados directos y contratistas.

Acindar anunció la paralización de casi toda su producción en la planta de Villa Constitución (Santa Fe) debido a una fuerte caída en la actividad. La Unión Obrera Metalúrgica (UOM) precisó que se suspendió a alrededor de 500 trabajadores, entre empleados propios y contratistas.

La medida se extenderá desde el sábado 26 de julio hasta el lunes 4 de agosto, e incluye el freno de áreas claves como la acería, el Tren?Laminador Nº 1 y la planta de Reducción Directa (ReDi). En total, las suspensiones alcanzan a más de 550 personas.

La UOM describió la situación como un “panorama desolador”, producto de una demanda que se mantiene muy por debajo de niveles normales. La producción de acero cayó a la mitad: en 2023 se trabajó a pleno, pero en 2024 solo se llegó al 50% de capacidad instalada.

Un portavoz gremial explicó que, pese al acuerdo vigente entre Acindar y el sindicato, los trabajadores suspendidos recibirán el 75?% de su salario neto durante el periodo de inactividad -más adicionales como turnicidad- y que, hasta diciembre de 2025, se mantendrá ese esquema.

Además, se acordaron licencias anticipadas y retiros voluntarios para reducir gradualmente los operarios en planta. En 2024, la empresa procesó aproximadamente 600.000 toneladas, frente a 1.200.000 toneladas en 2023.

Los dirigentes del gremio señalan la falta de obra pública y la baja demanda interna como causas principales del declive productivo. Asimismo alertan sobre el ingreso de acero importado desde Brasil y China, que compite a precios más bajos y retrasa la recuperación de la siderurgia local.

La empresa forma parte del grupo ArcelorMittal, y sus plantas principales operan en Villa Constitución (la más grande), San Nicolás (Buenos Aires), Rosario y Villa Mercedes (San Luis). La crisis actual es considerada una de las peores en décadas para la industria local.

El silencio de la empresa contrasta con la declaración pública del sindicato, que declaró estado de alerta y criticó al gobierno por incentivar una apertura comercial que dejaría más margen al acero importado. Algunos delegados advirtieron que el contexto se agrava y podría desembocar en más recortes o incluso despidos definitivos.

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