El exdiputado nacional Marcelo Casaretto encendió la polémica política en Entre Ríos tras difundir en su cuenta personal de X un audio que, según advirtió, pertenece a Leandro Fernández, Coordinador General de Gestión y Control del gobierno provincial.

En el registro, Fernández se dirigiría al recientemente nombrado director del Túnel Subfluvial, Aníbal Vergara, con un pedido puntual: garantizar que las áreas de gobierno acompañen de manera orgánica el acto que encabezará este sábado en Paraná el presidente Javier Milei, junto al gobernador Rogelio Frigerio y candidatos de La Libertad Avanza.

La “premisa” de la línea partidaria de la Casa Gris

De acuerdo con lo difundido por Casaretto, la solicitud surgió de “Mauri”, en alusión a Mauricio Colello, actual secretario general de la Gobernación y hombre de máxima confianza de Frigerio. La orden, planteada como “prioritaria”, busca que los trabajadores públicos sean parte de la puesta en escena, extendiendo la convocatoria hacia diferentes reparticiones.

El audio también detalla que la presencia estatal tendría un objetivo adicional, el de garantizar seguridad y respaldo político al gobernador frente a eventuales manifestaciones de organizaciones peronistas que podrían movilizarse contra el acto.

La contradicción con el discurso oficialista

“Hacen todo lo que decían que venían a cambiar”, cuestionó Casaretto en su publicación, apuntando contra la alianza entre PRO, LLA y UCR que sostiene la gestión de Frigerio. Lejos del relato de austeridad y transparencia, el episodio desnuda un uso de la estructura estatal en clave partidaria, práctica históricamente atribuida a la “casta política” que el propio Milei prometió erradicar.

En el cierre del audio, Fernández habría solicitado a Vergara que cada dependencia elabore una lista detallada de los asistentes, con el objetivo de asegurar un control exhaustivo de la movilización.

Un acto con más sombras que certezas

De confirmarse la autenticidad de este material, el gobierno entrerriano quedaría en el centro de un escándalo político. Que el aparato estatal sea puesto al servicio de un acto partidario, en abierta contradicción con las banderas de renovación que Frigerio y Milei proclaman, despierta críticas en un importante sector de la sociedad que se podrían llegar a preguntar si realmente existe un “nuevo” modo de gobernar o simplemente una reedición de las viejas prácticas que tanto criticaban.

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