La Selección Sub 23 llegó al empate en un insólito final tras 15 minutos de adición gracias a un cabezazo de Cristian Medina, pero que desató la bronca de los hinchas que arrojaron proyectiles al campo de juego e invadieron la cancha.
El insólito empate en el final del partido entre la Selección argentina Sub 23 y Marruecos en la apertura de los Juegos Olímpicos París 2024 desató un escándalo en el estadio Geoffroy-Guichard, donde los hinchas del equipo norafricano arrojaron proyectiles al campo de juego e invadieron la cancha.
Sobre el final de los 90 minutos reglamentarios, se inició la polémica luego de que el árbitro adicionara 15 minutos extra por demoras durante el partido. Con más tiempo disponible, Argentina siguió atacando, arrinconó a su rival y terminó concretando el empate.
La conquista de Cristian Medina fue la gota que rebalsó el vaso del temperamento de los hinchas marroquíes, que se habían acercado en gran número al estadio en Saint Etienne, donde eran mayoría. Mientras el mediocampista de Boca celebraba el gol, comenzaron a volar los primeros proyectiles hacia el campo de juego, como vasos, botellas y hasta bombas de estruendo, y luego algunos atinaron a saltar al césped.
Ante la agresión, los jugadores y autoridades del partido dejaron la cancha y ganaron la zona de vestuarios, donde permanecieron durante largos minutos ya que no se confirmaba la validez del gol ni la efectiva finalización del partido. La transmisión oficial de los Juegos indicaba que el encuentro estaba demorado y la incertidumbre crecía.
Tras una larga espera, la conquista de Medina fue validada, pero el partido no se concluyó. Pasadas las 13, todavía había tensión ya que las autoridades pretendían continuar el encuentro y terminarlo en cancha, a lo que ambos equipos se negaron.