Un informe de la Universidad de Buenos Aires advierte que el uso de tarjetas de crédito para comprar alimentos y productos básicos creció del 39% al 45% entre diciembre de 2023 y agosto de 2025. En paralelo, aumentó la morosidad y se desplomó el uso del efectivo y las tarjetas de débito.

Según un relevamiento del Centro RA de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA), cada vez más familias argentinas recurren a la tarjeta de crédito para cubrir sus gastos esenciales, como alimentos, artículos de limpieza y productos básicos. El estudio revela que el uso de este medio de pago en supermercados aumentó del 39% al 45% entre diciembre de 2023 y agosto de 2025, marcando una tendencia creciente hacia el endeudamiento cotidiano.

En primer lugar, el avance del crédito se explica por la caída del uso de otros medios de pago. Durante el mismo período, las compras con tarjeta de débito descendieron del 34% al 26%, mientras que el uso de efectivo se redujo del 20% al 16%.

Asimismo, las billeteras virtuales duplicaron su participación, al pasar del 7% al 13%, mostrando una creciente digitalización de las transacciones, aunque aún limitada frente al crédito tradicional.

Asimismo, el informe advierte que no solo crece el uso del crédito, sino también las dificultades para afrontarlo. “Esta dinámica sugiere que una proporción creciente de los hogares estaría recurriendo al endeudamiento para cubrir consumos básicos mensuales. Además, se observa un fuerte incremento de la morosidad en el crédito al consumo, cuyo indicador aumentó un 147%”, señala el documento. En otras palabras, las familias se endeudan más, pero también enfrentan mayores retrasos en los pagos.

Por otro lado, la caída en las ventas minoristas y el aumento del endeudamiento reflejan un deterioro del poder adquisitivo y del consumo interno.

Según, la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), en septiembre las ventas bajaron un 4,2%, lo que, combinado con el crecimiento del crédito y la morosidad, evidencia el agotamiento de la capacidad de compra de los hogares argentinos.

En este sentido, el informe del Centro RA concluye que la situación del consumo masivo sigue siendo delicada. “A pesar de ciertos signos de recuperación en las ventas de supermercados, la demanda no logra recomponerse plenamente y permanece por debajo de los niveles previos al inicio de la actual gestión”, indica el estudio.

En consecuencia, los datos de agosto confirman la profundización de la tendencia. Las ventas en autoservicios mayoristas cayeron 8,4% interanual, con una leve suba mensual de apenas 1%, mientras que en los supermercados se registró un leve aumento del 0,34% interanual, aunque acompañado de una baja mensual del 0,23%.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *