Según Fabián Francioni, jefe comunal de la ciudad de Leones, una fábrica de calzados despidió a casi el 20% de su planta y una de tractores suspendió a 100 trabajadores. Lo adjudica a la apertura de importaciones al precio del dólar. “Si no hay un giro de timón se va a complicar”, advierte

Por lo que Fabián Francioni recuerda perfectamente de hace 30 años, esto que empezó a ocurrir ahora en Leones, la ciudad que habita y que gobierna, es igual a lo que se vivió a fines del siglo pasado. El primer ejemplo que le aparece en la mente es el de su madre, cuyo trabajo consistía en comprar telas en Once, Buenos Aires, y revenderlas en el pueblo, a 465 kilómetros de la gran ciudad. “Y si el metro de tela de mi mamá costaba 100, las camisas terminadas que empezaron a entrar de afuera con Menem en los ‘90, costaban 80. ¿Qué pasó?”, se pregunta y se responde: “Mi mamá se fundió″.
El intendente de Leones, ciudad del sudeste cordobés, pulpa de la zona núcleo agrícola de la Argentina, evoca el ejemplo trágico de su madre (actualmente tiene 84 años) para anticiparse a lo que ve que se acerca como un vendaval; otra crisis de desindustrialización y desocupación es posible. “Cuidemos el trabajo”, pide. Según advierte el jefe comunal, elegido en 2019 y reelegido en los últimos comicios, los trabajadores de Leones y de las ciudades de alrededor empezaron a sufrir despidos y suspensiones. El verano se espesa en este pueblo de 15 mil habitantes ubicado estratégicamente en la traza que une Córdoba capital con Rosario, entre las poblaciones de Bell Ville y Marcos Juárez, sobre tierra que de tan fértil parece milagrosa.

Con la entrada en vigencia del DNU, que entre otras medidas amplía las importaciones, la sólida estructura productiva de la zona empezó a temblar. De acuerdo con lo que confirma Francioni, en la última semana varias fábricas y pymes comenzaron a despedir y suspender trabajadores y hasta se cortaron contratos en el hospital público de la región.
La fábrica de calzados industriales Boris, asegura, despidió a 16 de sus 80 empleados. “Y sacarían a 20 más en febrero”, avisa el intendente. De confirmarse (Infobae consultó a uno de los responsables de la fábrica pero no recibió respuesta), para marzo la compañía habrá bajado a casi la mitad su planta.
“Estaban pensando en ampliar sus líneas de producción con una fábrica nueva en La Rioja para hacerle calzados a Puma pero tuvieron que cancelar todo”, cuenta Francioni, sobre algo que también se conoció que padeció días atrás Bicontinentar, una empresa ubicada en la ciudad bonaerense de Chivilcoy que produce calzado para marcas como New Balance, Diadora, Under Armour y Montagne: la última semana echó a 101 empleados por una caída en las órdenes de producción de sus clientes. “Boris va a terminar importando calzados de China, para qué va a producir si le va a salir más caro”, casi que se resigna el intendente.
Según datos que aporta el jefe comunal, Leones tiene al 96% de su población activa con trabajo. “No hay desocupados. Pero se empieza a ver. Nosotros tenemos sobre la autopista Córdoba-Rosario la estación de servicio de YPF más grande del país. Tiene 170 empleados. Estamos viendo que bajó muchísimo la venta, el nivel de cantidad de gente que pasa ahora en verano bajó mucho, y empezarán suspender laburantes también”, anticipa.

“Pipi”, como le dicen a este médico anestesista que todavía trabaja en el hospital de Marcos Juárez, donde la última semana decidieron no renovar una veintena de contratos de médicos, ve el futuro repetir el pasado. Cuenta sobre una fábrica de guantes de trabajo (Guantex y ZB): “Tienen 160 empleados pero están recalculando porque les va a convenir traer los guantes de China. Es curioso porque ellos nacieron como importadores, traían el contenedor y distribuían. Y con Néstor Kirchner se reconvirtieron”.
Consultado por este medio, uno de los responsables de la empresa fabricante de guantes rechazó esa información: “Nosotros no planificamos despidos, trabajamos fuertemente para no depender de los vaivenes de la coyuntura y nuestra producción es estable a lo largo de los años sin importar el signo político”.
Muchas de las empresas de Leones están instaladas en un parque industrial de 60 hectáreas. “Tenemos 15 mil habitantes y semejante parque industrial. Eso es porque estamos en la zona más rica de todo el país”, explica. En su ciudad hay 71 mil hectáreas de tierra milagrosa donde crecen trigo, soja y maíz, la santa trinidad de la producción agrícola. “Hay mucha lluvia, buen precio, la devaluación los beneficia, pero como aumentó el dólar, los van a matar con el precio de los agroquímicos y el del combustible”, advierte. Cuenta que ayer estuvo con un productor amigo: “Trabaja 4.000 hectáreas de campo y tiene un gasto de 4 millones de pesos por día de combustible. Cuatro millones de pesos. Por día. Escuchaste bien”. (Infobae)