Cada 30 de mayo, se celebra en nuestro país el Día Nacional de la Donación de Órganos y Tejidos, con el objetivo de generar conciencia y difusión sobre el impacto que puede tener esta actividad.
Lamentablemente son muy demandados en la salud y no abundan los casos donde se puedan aprovechar los de un fallecido.
El trasplante de órganos es una de las prácticas de la medicina más exitosa para salvar vidas, y la donación resulta el hecho más importante en el proceso, porque no cualquiera puede ser donante, sino que se tienen que dar ciertas condiciones a la hora de morir para poder hacerlo.
El origen del Día de la donación de órganos en Argentina
La fecha fue establecida por el Instituto Nacional Central Único Coordinador de Ablación e Implante (INCUCAI). Fue en el año 1997 para recordar la primera vez que una paciente trasplantada dio a luz en nuestro país.
Dicho trasplante se realizó en un hospital público de Argentina, y sin la solidaridad del donante y la profesionalidad de los médicos habría sido imposible que esta persona siguiera con vida y pudiera dar a luz, acción que igualmente resulta increíble después de haber pasado por semejante operación.
Qué dice la Ley de órganos, Tejidos y Células en Argentina
En 2018 se sancionó en nuestro país la ley 27.447 que regula las actividades relacionadas a la obtención y utilización de órganos, tejidos y células. En principio, busca simplificar y optimizar los procesos de donación que requieren intervención judicial. Más precisamente declara que toda persona mayor de 18 años que no hay manifestado su oposición, se considera donante de órganos.
Además, la ley explicita el derecho a la integridad y la privacidad de las personas involucradas tanto en la donación como en la recepción de órganos. Y prevé un tratamiento médico igualitario y la cobertura y seguimiento posteriores a su operación.
Trasplante de órganos: el impulso de la Ley Justina en Argentina
El trasplante de órganos logró consolidarse, a la par de los avances científicos y tecnológicos, como uno de los métodos más eficaces para darle respuesta a determinadas patologías. Por ello, los profesionales de la salud suelen utilizar esta herramienta con mayor asiduidad; a partir de enero de 2019, y con motivo de una nueva reglamentación denominada “Ley Justina”, determina que todos los mayores de 18 años son donantes salvo que hayan dejado de manifiesto, en un documento legal, que no tienen la voluntad de serlo.
El nombre de la normativa está íntimamente relacionado con Justina Lo Cane, una niña de 12 años que murió el 22 de noviembre de 2017, mientras esperaba un corazón que le permitiese revertir la cardiopatía congénita que padecía; a través de la reglamentación, los más de 11.000 pacientes que se encuentran anotados en la lista de espera tienen altas posibilidades de sobrevivir.
En Argentina, los elementos funcionales del cuerpo que se pueden donar son el riñón, el hígado, el corazón, el pulmón, el páncreas, el intestino, las córneas, la piel, los huesos y las válvulas cardíacas. En todos los casos, los procedimientos se realizan a partir de individuos que ya fallecieron. La norma promulgada favoreció los sistemas de procuración, agilizó y simplificó los procesos burocráticos y contribuyó a alcanzar una marca histórica de personas involucradas en nuestro país.