Fue durante el acto en el que cambió el nombre del CCK por «Palacio Libertad» , el Presidente habló del “mito de la universidad gratuita” que es un subsidio de los pobres hacia los ricos”. Las mentiras sobre las auditorías y su terror a que los pobres puedan acceder a la facultades.

A Javier Milei no le bastó con vetar la Ley de Financiamiento, tampoco con proponer un Presupuesto con la mitad del dinero que necesitan las universidades para funcionar el 2025. Ahora, el ataque es discursivo. “Dejen de mentir delincuentes que no quieren ser auditados”, afirmó ayer el Presidente. Además habló del “mito de la universidad gratuita” que es un subsidio de los pobres hacia los ricos”. Las declaraciones fueron durante el acto de cambio de nombre del “Centro Cultural Néstor Kirchner” a “Palacio Libertad Centro Cultural Domingo Faustino Sarmiento». Paradójicamente, Milei sostuvo que se trata de uno de los primeros pasos para cambiar la historia “que quisieron prostituir, cambiando los nombres y ensuciando a los grandes héroes de esta patria”.

Durante el acto que duró poco más de 10 minutos, Milei arremetió directamente con insultos contra las autoridades académicas: “Si no quieren ser auditados es porque están sucios. Díganle la verdad a la gente, no quieren las auditorías para seguir defendiendo el robo de algunas agrupaciones políticas”. El discurso se da en uno de los momentos más álgidos del conflicto. Según los gremios, al día del hoy se mantienen 43 tomas en distintas universidades del país, entre ellas las de Tucumán, San Juan, Rosario, Litoral, Comahue, La Plata y La Matanza. “Queremos terminar con las filtraciones del dinero que llega y se queda en el medio, con autos caros de 90 mil dólares y choferes que cobran 13 millones de pesos. Por eso lo queremos auditar. No queremos cerrar las universidades, como le mienten a la gente. Queremos cuidar los recursos y para eso tienen que auditar”, agregó el mandatario.

La mentira de las auditorías

Desde el Consejo Interuniversitario Nacional ya dejaron claro que están siendo auditados y además se preguntan por qué el Presidente eliminó la resolución de transparencia y no completa el organismo que los tiene que auditar. Por su parte, los gremios refutaron los dichos de Milei e indicaron que solo el 10 por ciento del dinero que el Gobierno destina a las universidades es para el funcionamiento, mientras que el 90 por ciento restante es para salarios. Por lo que el argumento de frenar los fondos para que “los ladrones, delincuentes y mentirosos” se enriquezcan con la plata de los argentinos se cae. “Se han sacado la careta y están planteando abiertamente el arancelamiento, este es su real pensamiento, por eso el nivel de virulencia del ataque. El 90 por ciento del dinero es del salario, lo pagan ellos mismos con las liquidaciones que hace el Ministerio de Economía y de Educación, es decir que hay una auditoría permanente”, explicó a Página/12 Marcelo Creta, secretario de Políticas Universitarias UTE-CTERA.

Otra de las contradicciones de Milei que plantean los gremios tiene que ver con el aumento del 270% para los gastos de funcionamiento que el Gobierno les dio a las universidades en mayo. “Si tiene algún tipo de duda con ese dinero que sería el que`se gasta discrecionalmente´, ¿Por qué después de la primera marcha el Gobierno dio ese aumento si teóricamente hay algo que está mal ahí?”, se preguntó el secretario adjunto de la Federación Argentina de Trabajadores de las Universidades Nacionales (Fatun), Jorge Anró en diálogo con Página/12. Y además agregó: “Otra gran contradicción es que el Congreso no nombró a los encargados de hacer las auditorías de la AGN porque La Libertad Avanza y el PRO no lo quisieron hacer”.

Contra la movilidad social

Milei también habló del “mito de la universidad gratuita” y dijo que es “un subsidio de los pobres hacia los ricos”. “La verdad incómoda en la Argentina es que la universidad pública nacional no le sirve a nadie más que a los hijos de los ricos y de la clase alta y media alta, en un país donde la gran mayoría de los niños son pobres”, agregó el mandatario. Además, dijo que la universidad dejó de ser una herramienta de movilidad social para ser un obstáculo para la misma”.

Desde CONADU, otro de los gremios que integran el Frente Sindical Universitario, también le respondieron. El secretario de Organización, Federico Montero, sostuvo que “los únicos subsidios a los ricos son las exenciones impositivas del gobierno a las grandes empresas, en bienes personales y los regímenes como el RIGI”. Además, indicó: “Si dejara de lado las anteojeras ideológicas vería que en la universidad pública conviven distintas clases sociales y distintas ideologías.

Las estadísticas también permiten echar luz sobre esta afirmación. Según el último registro del año 2022, en Argentina hay 2.162.947 alumnos que asisten a instituciones de gestión estatal. En un país donde casi el 53% de la población es pobre, difícilmente las universidades estén llenas de ricos. Según un informe de la consultora exQuanti, en base a la Encuesta Permanente de Hogares del INDEC, el índice de pobreza entre los universitarios subió 14,7 puntos en apenas tres meses. En septiembre del 2023, los alumnos pobres eran un 27,9 por ciento y a fin del primer trimestre de 2024 ese porcentaje trepó al 48,5 por ciento: 20 puntos más.

Una de las paradojas del discurso presidencial fue durante el inicio del acto en el que estaba cambiando el nombre del edificio: “Es uno de los primeros pasos para cambiar la historia que quisieron prostituir, cambiando los nombres y ensuciando a los grandes héroes de esta patria”.  En la presentación estuvieron funcionarios de todo el Gabinete Nacional, incluída la secretaria General, Karina Milei, que tras el acto se quedó en las escalinatas  para recibir el saludo de funcionarios y legisladores que se acercaron con aires de reverencia. (Página 12)

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