La industria de los albergues transitorios u hoteles alojamiento, atraviesa uno de sus momentos más complejos. El gerente de uno de estos emprendimientos ofrece un panorama detallado sobre la baja en la demanda, los altos costos operativos y la feroz competencia de los alquileres temporarios, que amenaza con llevar a muchos establecimientos al cierre.

Uno de los sectores que se encuentra en una situación de profunda crisis es el de los hoteles de alojamiento. A pesar de ser una industria históricamente sólida, muchos de estos establecimientos se encuentran luchando para mantenerse a flote debido a la baja demanda de turnos, el aumento de los costos operativos y la competencia de los alquileres temporarios a través de plataformas digitales.

El gerente de un hotel tradicional ubicado en una provincia del sur del país comparte una visión clara sobre los factores que están afectando la sostenibilidad del rubro. Según su experiencia, el negocio de los hoteles de alojamiento ha dejado de ser rentable y enfrenta múltiples dificultades.

La drástica caída de los turnos

Uno de los aspectos más preocupantes que menciona, es la caída estrepitosa en la cantidad de turnos diarios ocupados. «Históricamente, nosotros vendíamos entre 1.200 y 1.400 turnos mensuales. Hoy, estamos apenas superando los 450, lo que representa menos de la mitad de la demanda que solíamos tener», explica. Según el gerente, este descenso se ha mantenido constante en los últimos años, lo que pone en riesgo la viabilidad del negocio.

«Para que un hotel de alojamiento se mantenga abierto, se necesitan alrededor de 800 turnos mensuales, pero hoy estamos luchando con mucho menos. A pesar de esto, gracias al apoyo de los dueños, que están inyectando dinero de otras empresas para mantener el personal y la estructura operativa, seguimos en pie. Si no fuera por ellos, este hotel estaría cerrado», afirma.

La competencia de los alquileres temporarios

El auge de los alquileres temporarios, a través de plataformas como Airbnb, Booking y otras similares, ha sido otro factor determinante en la crisis que atraviesan los hoteles de alojamiento. El entrevistado reconoce que esta modalidad de hospedaje ha desbordado la oferta de habitaciones tradicionales. Antes la demanda solía estar bien distribuida entre varios establecimientos hoteleros y eso ha cambiado.

«Hoy en día, los chicos ya no se hospedan en un hotel de alojamiento. Prefieren alquilar un departamento, que en muchos casos es más barato y les ofrece mayor privacidad. Incluso hay muchas personas que alquilan habitaciones sin habilitación oficial, a través de redes sociales o plataformas digitales. Eso afecta mucho la demanda», señala.

Este fenómeno ha dejado a los hoteles tradicionales con pocas opciones para competir, especialmente cuando muchos departamentos de alquiler temporal ofrecen precios más bajos y condiciones más flexibles. «El problema es que la gente está eligiendo alternativas más económicas y menos reguladas, que no tienen los mismos costos operativos que un hotel de alojamiento», agrega.

Los costos operativos insostenibles

Uno de los mayores desafíos que enfrentan los hoteles de alojamiento es el mantenimiento de las instalaciones y los costos operativos. En este sentido, destaca que, a diferencia de un hotel convencional, en un establecimiento de alojamiento se requiere un mantenimiento mucho más intensivo. «Nosotros no podemos hacer el recambio de sábanas y toallas cada tres días, como en un hotel tradicional. En nuestro caso, se hace cada turno, lo que implica un desgaste mucho mayor de la maquinaria, el personal y los insumos«, explica.

Además, señala que los costos de energía son uno de los principales factores que afectan la rentabilidad. «Estamos pagando 5 millones de pesos de luz al mes y 3 millones de gas. A eso hay que sumarle los sueldos del personal, que son 14 o 15 personas, y los costos de limpieza, mantenimiento y reposición de artículos. Todo eso hace que el margen de ganancia sea cada vez más bajo».

El impacto de los impuestos desactualizados

El gerente también menciona un problema estructural que afecta a muchos hoteles de alojamiento en todo el país: los impuestos que deben pagar. Según el gerente, los impuestos a los ingresos brutos están desactualizados y son muy altos en comparación con otros sectores. «Nosotros estamos pagando un 14% de ingresos brutos, cuando en otros sectores, como el comercio o los servicios, la tasa es solo del 2,5%. Esto es un desajuste total que hace imposible que el negocio sea rentable», señala.

Los altos costos fiscales, combinados con los gastos operativos, colocan a los hoteles de alojamiento en una situación muy precaria, donde cada turno vendido se convierte en un desafío para cubrir los gastos básicos. «Para que un turno sea rentable, debería estar por encima de los 100.000 pesos. Hoy, no llegamos a esa cifra. La mayoría de los turnos que vendemos están por debajo de ese valor, lo que hace que no cubramos ni los costos fijos», explica.

La seguridad y el cambio de hábitos

Otro factor que destaca es la creciente preocupación por la seguridad, especialmente entre los padres de adolescentes y jóvenes adultos. «Hoy, los padres prefieren que sus hijos se queden en casa, en lugar de ir a un hotel de alojamiento. La preocupación por la seguridad ha cambiado los hábitos de consumo de los chicos, que antes buscaban este tipo de hospedaje», explica.

Además, menciona que los controles de alcoholemia, que se realizan en distintas partes de la ciudad, también afectan la demanda de los hoteles de alojamiento. «Hay zonas donde los controles de alcoholemia son muy estrictos. Eso hace que mucha gente prefiera no salir de sus casas o quedarse en departamentos privados, en lugar de ir a un hotel de alojamiento», señala.

¿Qué futuro le espera al sector?

Con una baja constante en la demanda y altos costos operativos, el futuro de los hoteles de alojamiento, y esto depende de cada ciudad o provincia en la que funcione, no parece muy prometedor. El entrevistado se muestra pesimista sobre la capacidad de adaptación del sector sin un cambio en las políticas impositivas y una regulación más estricta sobre los alquileres temporarios. «Si el gobierno no se pone las pilas y actualiza los impuestos y regula mejor la oferta de departamentos sin habilitación, el rubro va a seguir cayendo. Muchos hoteles de alojamiento van a cerrar, y la ciudad se quedará sin esta opción de hospedaje», advierte.

La crisis que atraviesa el sector de los hoteles de alojamiento no tiene visos de mejora inmediata. A los altos costos operativos, la competencia de los alquileres temporarios y la presión de los impuestos desactualizados se suma el cambio en las preferencias de los consumidores, que hoy buscan opciones más económicas y flexibles. Muchos de estos establecimientos podrían enfrentar un futuro incierto, y otros, probablemente, tendrán que cerrar sus puertas definitivamente.

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