La Cámara en lo Contencioso Administrativo y Tributario rechazó la apelación del Ejecutivo de la Ciudad y confirmó la suspensión de cualquier obra en el histórico estadio, al considerar que su valor patrimonial impide modificaciones estructurales.

La Justicia de la Ciudad de Buenos Aires resolvió frenar definitivamente el avance del proyecto de demolición y remodelación del estadio Luna Park, al rechazar la apelación presentada por el Gobierno porteño. De este modo, la Cámara en lo Contencioso Administrativo y Tributario confirmó la suspensión de toda obra sobre el emblemático inmueble, amparándose en su valor histórico, simbólico y cultural, protegido por normas patrimoniales vigentes.
En ese sentido, la Sala III respaldó una resolución previa del Juzgado N.º 5, a cargo de la jueza Natalia Tanno, que ya había ordenado detener las intervenciones previstas.
El criterio central de la decisión fue contundente, el régimen de protección estructural que rige sobre el Luna Park impide cualquier modificación total o parcial que altere su fisonomía original. Por lo tanto, cualquier intento de reforma profunda resulta incompatible con la normativa vigente.
Asimismo, la acción judicial fue impulsada por el abogado constitucionalista Andrés Gil Domínguez, quien advirtió que autorizar una demolición “bajo el pretexto de una mejora tecnológica” implicaría “desnaturalizar la esencia del edificio”. Además, sostuvo que el proyecto viola expresamente la prohibición de modificar el volumen original del estadio, uno de los aspectos centrales de su protección legal.
Según la presentación judicial, el plan oficial contemplaba reemplazar la cubierta, reorganizar la planta baja, sumar nuevos subsuelos y llevar adelante meses de demoliciones previas a una obra de largo plazo.
En consecuencia, para el letrado, la iniciativa no constituía una simple refacción sino “una aniquilación irreversible” del Luna Park como patrimonio urbano.
También, a las objeciones legales se sumaron organizaciones civiles como Basta de Demoler y el Observatorio del Derecho a la Ciudad. Ambas calificaron la iniciativa como un sinsentido y, en cambio, reclamaron una intervención orientada a la preservación y puesta en valor del estadio, respetando su historia y su rol emblemático en la vida cultural de Buenos Aires. (Diario Conclusión)