En su intento de justificar el brutal ajuste a las universidades públicas, el paceño Joaquín Benegas Lynch, candidato a senador nacional por el oficialismo en Entre Ríos, eligió el camino más fácil —y más dañino—: mentir. Muy suelto de cuerpo, aseguró que “hay decanos universitarios que ganan 18 millones de pesos”. Una cifra grotesca, insostenible y que no resiste el menor contraste con la realidad.

Un recurso viejo: desprestigiar para ajustar

El oficialismo encontró en la universidad pública un blanco conveniente. No se trata solo de recortar presupuestos: se busca instalar en la sociedad la idea de que el sistema académico es un espacio de privilegios y despilfarro. La afirmación del hombre que emerge desde el más absoluto desconocimiento de la política en la ciudad de La Paz, Joaquín Benegas Lynch, se inscribe en esa lógica, la de exagerar, inventar, desinformar. Así, pretende que la población vea el ajuste como una corrección necesaria y no como lo que realmente es: un ataque al derecho a la educación y a la igualdad de oportunidades.

Frigerio y Milei, en la misma sintonía

Las palabras de Benegas Lynch no son un exabrupto aislado. Por el contrario, desde la oposición revelan que ese el verdadero posicionamiento político del gobernador Rogelio Frigerio en Entre Ríos: acompañar sin fisuras el proyecto de Javier Milei, incluso cuando eso signifique desfinanciar a las universidades que forman miles de entrerrianos. «Por si alguien tenía alguna duda sobre el papel que tomaría Frigerio en esta campaña, está claro que su lugar está al lado de quienes quieren una universidad pública pequeña, elitista y subordinada al mercado», subrayan.

Salarios del Personal Universitario

Mentiras peligrosas

El problema no es solo ético —aunque ya sería suficiente— Estas declaraciones tienen efectos concretos. Buscan erosionan la confianza social en una de las instituciones más valoradas por la ciudadanía, legitiman políticas de ajuste y habilitan un discurso que equipara educación con gasto innecesario. La mentira, cuando se vuelve consigna de campaña, deja de ser anécdota y pasa a ser programa político.

Defender lo que es de todos

La universidad pública argentina es, quizás, una de las conquistas más importantes de nuestra vida democrática. De sus aulas salieron generaciones de profesionales que transformaron al país y al mundo, sin importar el origen social de cada estudiante. Frente a los intentos de demolición, la respuesta no puede ser la resignación. Defender a las universidades no es defender a un sector, es defender el futuro mismo de la Argentina.

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