Gran desafío por delante tiene el peronismo paceño que intentará, una vez más, lograr recuperar la conducción del edificio de Moreno y Echagüe, algo que no se le dio durante toda la era Bordet.

El análisis debe, necesariamente reflejar que, en los intentos electoralistas desde 2015, el peronismo de la ciudad cabecera departamental expuso a sus “mejores cuadros”, dirigenciales, o al menos figuras que han demostrado antaño, liderar agrupaciones, conducir espacios institucionales e incluso, solvencia electoralista durante toda la etapa kirchnerista (más de diez años).

¿El PJ logrará inmunizarse de las derrotas?

Los resultados adversos para uno de los distritos más importantes de los diecisiete en que se divide la provincia, el quinto en términos de electores y el tercero en magnitud territorial, perduraron durante toda la era Bordet. Sí, durante toda la etapa del gobernador más votado de la historia, algo que la lógica o el simple sentido común nos lleva a pensar que no solo fue votado por peronistas. Tal vez aquí radique una de las puntas del ovillo. ¿Cómo se negocia o acuerda la obtención de votos “no peronistas”?, en el caso particular de La Paz, esa respuesta lleva un apellido “Kueider”.

A modo de erradicar cualquier herida de susceptibilidad en los allegados al legislador nacional, es de público conocimiento en la ciudad paceña, que fue Edgardo Kueider el “armador” enviado por Bordet a cerrar el departamento, o al menos, en los lugares en que le diera cabida, y La Paz fue una de esas ciudades, la otra fue Bovril. En ambas, el PJ viene arrastrando derrotas, sin embargo, el “bordetismo” ha obtenido resultados favorables, es decir, el mandado siempre fue cumplido por el armador.

Parece ser que la tarea nunca tuvo que ver con que el peronismo gane o, en caso de La Paz y del interés de los referentes locales, se vuelva a conducir los destinos de la localidad más importante del norte entrerriano, algo que venía sucediendo sin mayores inconvenientes hace más de 25 años hasta que llegó el estilo de construcción de poder de Bordet y sus jefes electorales.

Intacto, ese pareciera ser el término que mejor encaja en estas líneas, “INTACTO” permanece el desafío del peronismo de volver a ganar en la ciudad que, alguna vez llegó a convertirse en bastión peronista. El mayor problema (o no), es que Kueider vuelve a dar señales que intervendrá en las negociaciones y eso trae todas las sospechas que cualquier mínimo análisis político-electoral permite alcanzar en ese departamento.

En Bovril, para intentar devolver la conducción peronista al municipio, parece que insistirá en eso que solo él (Kueider) logra ver y nadie más que él en el departamento, y es la “capacidad” de la actual secretaria de juventud de la provincia. Alguien que por cierto, aún miles de jóvenes del norte entrerriano no conocen.

En el caso de La Paz, ya tiene algunas referencias y amistades personales que ubicará en una interna. Lejos de intentar mesas de acuerdos, el “armador” va, nuevamente, por una interna que, al igual que en las elecciones pasadas, le vendrá muy bien para disimular las “roscas” con sectores no peronistas. Solo basta con recordar que, en campañas anteriores, dentro de las filas del PJ, algunos se atrevían a denunciar abiertamente que Kueider se reunía primeramente con los adversarios (UCR, PRO, JxC), antes que con los “propios”.

Un dato final; Bovril y La Paz fueron las dos localidades que le dieron luz verde y todo el manejo que era posible dar, al Jefe del Comando Electoral de Bordet. En el resto no tuvo cabida. Hecha esta aclaración, dejamos de tarea repasar resultados de Bovril y La Paz y compararlos con el resto. El de Santa Elena fue un caso espacial porque allí, Rossi se centró en un proyecto absolutamente localista, con fuertes críticas a la conducción provincial y nacional del Frente CREER y FdT, respectivamente; se inventó un partido y logró imponerse ante Silvio Moreyra, quien no solo tenía toda la estructura del poder, sino que se presentaba como un Jefe de Comando Electoral al igual que Kueider, con idénticos resultados que su par.

Hay quienes creen que en La Paz, la unica posibilidad de recuperar el municipio es haciendo lo que Rossi hizo en Santa Elena. No dejarse correr por el «peronómetro» de nadie y enfocarse en un proyecto local que vuelva a enamorar a los electores. Ya no se gana con el sello del PJ y mucho menos depués del estilo utilizado por Kueider para levantar votos. Tampoco Sarubi ha ganado solo con votos conservadores o exclusivamente de la UCR.

La mímesis podrá servirle a quienes por estas horas se encuentran evaluando todo el recorrido de los últimos años en el mapa político electoral de La Paz, pudiendo quizá, crear posibles estrategias que no terminen desfalleciendo en una simple retórica, sino que puedan ceñirse en la tan ansieda vuelta del peronismo al poder y que no tañe hace mucho.

Otro datito: llevar a Bordet en campaña a La Paz fue casi una misión imposible. Solo pasaba un momento, unos días antes de la veda electoral, solo por un barrio y por algunos minutos. Desde que gobierna, nunca más pasó por la Unidad Básica de la cabecera departamental, ni siquiera como presidente del partido provincial que puede saludar a sus compañeras y compañeros. ¿Lo hará ahora que está de retirada?

El objetivo planificado por el actual legislador nacional y armador fue cumplido, de hecho, cobró muy bien el mandado. Se logró levantar votos de todos colores y olores. Sumarlos a la misma estrategia que se implementó en toda la provincia y claramente, llenar las urnas en apoyo a Bordet de votos que lo llevaron a convertirse en el gobernador más votado de la historia. “Nada para festejar” dirán algunos dirigentes que tienen ahora, o desde 2015, el desafío de volver a conducir sus comunidades y que durante más de siete años, no lo han logrado.

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