A 150 años de su publicación, el Martín Fierro, como texto nacional que plantea un cruce entre literatura y política, invita a reflexionar sobre su vigencia en el marco de la Argentina actual y a pensar cómo esa obra de la gauchesca se resignificó a lo largo del siglo XX y del siglo XXI en autores que van desde Jorge Luis Borges a Pablo Katchadjian, Gabriela Cabezón Cámara y Martín Kohan, entre otros.

«El gaucho Martín Fierro» fue escrito y publicado por José Hernández en 1872, para denunciar la situación en la que se encontraba el gaucho y en ese sentido, el poema es, en parte, una protesta en contra de la política de Domingo Sarmiento que, como presidente, ordenó reclutar forzosamente a esos trabajadores rurales para defender las fronteras internas contra la amenaza que representaba el indio en la consolidación de su proyecto nacional.

En ese contexto, Hernández, enfrentado a Sarmiento, se aleja de la vida política y, en un año, logra escribir este poema. «Al fin me he decidido a que mi pobre Martín Fierro, que me ha ayudado en algunos momentos a alejar el fastidio de la vida del hotel, salga a conocer el mundo», anunció hace 150 años Hernández (1834-1886), de quien el 10 de noviembre se cumple un nuevo aniversario de su nacimiento, fecha en que se celebra el Día de la Tradición.

Las creaciones del Martín Fierro
Las docentes e investigadoras de Filosofía y Letras de la UBA, Adriana Amante y Alejandra Laera proponen, en esta celebración de los 150 años de la primera publicación, analizan los alcances de las creaciones estéticas del Martín Fierro, donde su autor, reivindica la figura del gaucho que durante muchos años había peleado por la independencia argentina.

En este aniversario redondo, Amante considera oportuno «rescatar la posibilidad que tiene la literatura de intervenir por medio de la creación estética en los debates políticos específicos, proponiendo una intervención sobre lo real: el discurso político en la Argentina se ha vaciado de propuestas creadoras y estéticas, mientras que en el siglo XIX había como una especie de conjunción y articulación».

Para la especialista, «el texto sigue siendo un modelo de intervención en la realidad y de denuncia social de situaciones de maltrato por parte de los estados en relación con los grupos sociales desheredados, y su vigencia está intacta».

En este sentido, Laera se pregunta «por los modos de apropiación política y cultural del poema de Hernández a lo largo de estos 150 años y por el modo en que, aún con diversos signos, parece seguir modelando una zona de lo que se reconoce como identidad nacional».

«Me pregunto por qué en estos momentos en los que la idea de canon se ha afortunadamente quebrado, se insiste en buscar en Martín Fierro, esa creación extraordinaria de Hernández, un conjunto de valores en los que reconocer una argentinidad que excede lo literario y que abarca no solo el texto más subversivo de la Ida sino también la sumisión propia de la Vuelta», expresa en diálogo con Télam.

Fuente: (Télam)

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