La utilización de la capacidad instalada en la industria se ubicó en 62,4% en septiembre, un nivel inferior al del mismo mes de 2023, que fue de 67,9%.

Durante el noveno mes del año hubo una mejora en el uso de la capacidad instalada de la industria fabril, en línea con el incremento de la producción fabril, siempre comparado con el mes anterior. El leve avance de la actividad, motorizado por los sectores primarios, también tuvo de fondo cierta recuperación del crédito. “Esta recuperación se exhibe de forma lenta y heterogénea, e involucra sectores específicos en su mayoría vinculados al segmento exportador en detrimento de aquellas ramas productivas vinculadas al consumo interno que aún siguen sin despegar”, puede leerse en un reciente informe de la consultora Vectorial.

La utilización de la capacidad instalada en la industria se ubicó en 62,4% en septiembre, un nivel inferior al del mismo mes de 2023, que fue de 67,9%. Sin embargo, el indicador mejoró respecto a agosto (61,3%).

Los bloques sectoriales que presentan niveles de utilización de la capacidad instalada superiores al nivel general fueron refinación del petróleo (80,8%), industrias metálicas básicas (72,4%), papel y cartón (68,3%), productos alimenticios y bebidas (68,2%), sustancias y productos químicos (65,7%), y productos minerales no metálicos (64,2%). En tanto, los bloques sectoriales que se ubicaron por debajo del nivel general fueron industria automotriz (59,6%), edición e impresión (56,1%), productos textiles (51,3%), productos de caucho y plástico (49,9%), productos del tabaco (48,7%), y metalmecánica excepto automotores (43,9%).

En septiembre, respecto al mismo mes de 2023, las principales incidencias negativas se observaron en las sustancias y productos químicos y las industrias metálicas básicas.

Los datos de industria y construcción de septiembre reflejan una lenta y desigual recuperación económica. A nivel general, la industria redujo su caída anual, sin embargo, resta camino por recuperar en los sectores vinculados a la generación de valor agregado y el mercado interno. Desde el Gobierno nacional no dan señales de querer recomponer el consumo.

Al desagregarse por sectores, se puede ver que sólo hay tres de ellos que crecieron respecto al año previo: en primer lugar la producción de alimentos y bebidas, centralmente explicada por la molienda de oleaginosas sumado al avance de la producción de carne vacuna (+5%), principalmente destinada a la exportación.

Luego puede destacarse el crecimiento de la fabricación de muebles y colchones que no llegan marcar a una mejora del 1% anual siquiera y en tercer lugar la refinación del petróleo, coque y combustible nuclear, alcanzando un incremento de apenas el 0,5%. Como contraste, los rubros industriales de mayor valor agregado o mano de obra intensivas son los que experimentan las caídas más drásticas.

“Cabe detenerse en la reactivación del crédito privado como posible driver del rebote económico. En efecto, para el caso de los créditos en pesos se registra un «rebote» luego de tocar mínimos en el mes de abril, recién recuperando los valores de julio pre-devaluación del 2023. Esto genera expectativas sobre la posibilidad de ser un impulsor de la recuperación económica, pero al analizar los componentes de estos, predominan los préstamos para sostener los todavía bajos niveles de consumo”, indicaron desde Vectorial

Los préstamos en dólares, por su parte, tienen una clara tendencia creciente desde diciembre, acelerada a partir del blanqueo en septiembre y octubre. Sin embargo, parte de los mismos cumplen un fin puramente especulativo, al aprovechar la brecha entre las tasas de interés y la evolución del dólar oficial, con lo que difícilmente puedan ser considerados como impulsores de la recuperación. El ingreso de dólares del blanqueo llegó a los 22.000 millones de dólares.

¿Y el empleo?

El nivel de empleo arrojó en septiembre un rebote que se explicó por el cambio en el comportamiento de tres sectores muy importantes por su incidencia en el total del trabajo asalariado registrado privado: construcción, industria y comercio. De acuerdo con los datos del Sistema Integrado Previsional Argentino (SIPA) y de la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL), el nivel de empleo privado registrado en empresas (de más de 10 personas ocupadas) del total de los aglomerados urbanos relevados presentó un incremento de 0,2% con relación al mes anterior. No obstante, desde octubre del año pasado la pérdida acumulada de empleo alcanzó al 2,4%.

El comportamiento del nivel de empleo por rama de actividad resultó esa vez positivo en todos los sectores, sólo el empleo en el Transporte se mantiene constante y no se verifica contracción en ninguno de ellos. Respecto a la construcción y el comercio, se observó un incremento en la dotación de personal en agosto, mientras que a partir de septiembre la industria dejó de reducir su nivel de empleo luego de once meses de caída. (El Destape)

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *