La llegada de Javier Milei a Ushuaia, anunciada como el inicio de su campaña legislativa en el sur, terminó convertida en un símbolo del rechazo que despierta su gestión. El acto que debía mostrar fuerza y respaldo social quedó marcado por protestas, pintadas, baja convocatoria y hasta la suspensión de la caminata prevista por el centro de la ciudad.

Una ciudad empapelada de rechazo

Desde temprano, Ushuaia amaneció con carteles, pegatinas y pintadas contra el presidente. Según Página/12, “la ciudad fue escenario de manifestaciones de repudio con fuerte despliegue policial” (Página/12).

El medio Infonews también destacó la previa hostil: “vecinos colocaron carteles y pancartas con mensajes de rechazo al proyecto de gobierno, visibilizando el malestar social” (Infonews).

A esto se sumó la presencia sindical. La CGT local y gremios docentes convocaron a manifestarse. En la puerta del hotel donde se alojaba el mandatario, grupos de vecinos y trabajadores alzaron pancartas contra Milei y su hermana Karina, según informó Política Argentina (Política Argentina).

Una campaña que se desinfló

La visita incluía una caminata por la tradicional esquina de San Martín y Don Bosco, donde el oficialismo buscaba un acto de contacto directo con la militancia. Pero el plan se frustró.

Infobae informó que Milei “debió suspender el acto de campaña en Ushuaia por protestas y retornó a Buenos Aires antes de lo previsto”.

Agencia Hoy coincidió: “la actividad fue suspendida en medio de protestas, con un cambio de agenda de último momento”.

La caminata “fue suspendida por la baja convocatoria: apenas 100 personas lo esperaban frente al hotel”, publicó Diario Democracia.

En lugar del acto masivo, Milei improvisó un breve discurso con un megáfono desde la puerta del Hotel Albatros, antes de retirarse. La escena contrastó con el despliegue esperado: menos de cien militantes, más policías que público y un clima de tensión marcado por los cánticos opositores.

Frases que no alcanzan

«Está vez el esfuerzo va a valer la pena», dijo el presidente.

Milei visitó la planta de Newsan, donde fue recibido por trabajadores de la industria electrónica. Allí defendió el régimen de exención impositiva de Tierra del Fuego y acusó a los sindicatos de estar “muy politizados y vinculados al partido del Estado”, según relató La Nación.

El presidente también aseguró que “no hay diferencia entre la micro y la macroeconomía, esa discusión no existe”, declaraciones que recogió El Independiente.

Pero las frases grandilocuentes se perdieron en un escenario adverso: lo que quedó en la memoria colectiva no fue su discurso económico sino la suspensión de la actividad central de campaña, la baja convocatoria y el rechazo visible en las calles.

Un cierre que deja preguntas

El paso de Milei por Ushuaia mostró con crudeza las tensiones que atraviesa su gobierno. Lo que debía ser un acto de inicio de campaña terminó reflejando más debilidad que fortaleza. Hubo protestas sindicales, calles pintadas de rechazo, baja convocatoria, un acto improvisado con megáfono y una retirada apresurada. (Política con vos)

En un país que vive una crisis económica y social profunda, la postal de Ushuaia deja más preguntas que certezas. Porque mientras el gobierno se esfuerza en mostrar épica electoral, la ciudadanía expresa su cansancio y malestar con firmeza. (Política con vos)

Y ante esa contradicción, resuena con fuerza la pregunta que muchos se hicieron hoy en el sur del país: ¿cómo se le va a ocurrir hacer un acto acá, en medio del desastre e incómodo que nos está destruyendo? (Política con vos)

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