Fase 2, día 1, Caputo y Bausili les contaron a los bancos el plan para no devaluar. Hay incertidumbre por el manejo del tipo de cambio y la deuda.

Por Esteban Rafele

El primer día hábil de la fase 2 del programa económico comenzó con subas de los dólares paralelos y caídas en bonos y acciones argentinas, sobre todo de bancos, en Wall Street. La primera lectura que hicieron los inversores sobre el plan para migrar la deuda del Banco Central al Tesoro y mantener el ancla cambiaria, sin fecha para abrir el cepo hasta nuevo aviso, no fue la que Luis Caputo y Santiago Bausili esperaban.

Al mediodía, el dólar blue y las cotizaciones bursátiles tocaban los $1390. Las acciones de los bancos caían hasta 7% en dólares, en el exterior. Y los bonos marcaban números rojos. “Tendremos semanas medio complejas, en las que parte del mercado va a pensar que el camino no es así, que debería darse un poco más de certidumbre en cuanto a fechas y todavía no hay demasiadas herramientas como para que el camino sea distinto”, dijo el director de Invertir en Bolsa Norberto Sosa a Radio Con Vos.

El anuncio del viernes buscó dar una señal de mayor ajuste fiscal, porque los $17,5 billones que quedan de pasivos remunerados en el Banco Central se cambiarán por letras del Tesoro. Sus intereses, en vez de pagarse con emisión, se saldarán con ahorro del Estado. Así, dijeron Caputo y Bausili, se desactivará la segunda canilla de emisión monetaria: si la primera era el gasto público, la segunda son los intereses de los pases que los bancos renuevan a diario con la autoridad monetaria.

Pero el Gobierno pateó para más adelante cualquier apertura del cepo cambiario y ratificó que continuará con la política de suba del dólar oficial del 2% mensual (que, en los hechos, es una apreciación del tipo de cambio real con una inflación que viaja a más del 4 por ciento por mes). Al respecto, Caputo estimó que la baja del impuesto PAIS a las importaciones ocurrirá hacia agosto o septiembre, cuando se reglamente el paquete fiscal que le permita al Gobierno compensar esa menor recaudación con ingresos adicionales por Ganancias, monotributo y el inicio del blanqueo de capitales. Si los inversores esperaban que Economía use esos 10 puntos porcentuales de recorte de impuestos a las importaciones para acelerar la suba del dólar oficial sin tanto impacto en los precios, ahora deberán aguardar unos dos meses.

Reunión con bancos

Mientras el dólar paralelo escalaba, el ministro de Economía, Luis Caputo, y el directorio del Banco Central, con Bausili a la cabeza, recibían a ejecutivos de todos los bancos públicos y privados para contarles los pasos a seguir e intentar convencerlos de que el dólar seguirá planchado.

Según trasladaron los funcionarios, el Tesoro emitirá las Letra de Regulación Monetaria que sustituirán a los pases que emite el Banco Central. Pero la contrapartida de esa letra -los pesos que sobren en los bancos y que haya que esterilizar- quedará en el BCRA. Con esos pesos, el BCRA garantizará la liquidez del sistema, ante eventuales retiros de depósitos. El Tesoro no los usará para financiar sus gastos. A su vez, el Tesoro hará depósitos periódicos para pagar los intereses que generen esas letras, que se capitalizarán.

Por lo tanto, el Tesoro deberá asegurar un superávit financiero mayor, para poder pagar esos intereses, ya que no se saldarán con emisión. La consultora Eco Go estimó que trasladar los $17,5 billones de pases al Tesoro supondrá un esfuerzo de $577.500 millones por mes para pagar intereses. Anualizado, es un 1,2% del PBI. El nuevo esquema comenzará a funcionar “cuanto antes”, dijeron Bausili y compañía.

Ese mecanismo “limpiará” el efecto de la tasa del BCRA, porque cada suba en la tasa de política monetaria no engordará la emisión endógena (los pesos que el Central emite para pagar los intereses de sus pasivos remunerados). La tasa pasaría a ser positiva sin impacto en la emisión, lo que le permitiría al Gobierno mejorar los rendimientos en pesos para desactivar la demanda de dólares, en la mirada oficial. Según la consultora 1816, esto permitiría, además, desactivar otro ruido que agrandó la brecha: como las tasas en pesos eran muy negativas, a los exportadores y a las grandes empresas les convenía endeudarse en moneda doméstica en vez de financiarse en dólares.

Bausili dijo a los banqueros que el nuevo esquema es consistente con el crawl del 2% mensual. “Los flujos de recaudación vienen bien”, les transmitió -la AFIP publicará hoy el dato de junio y se espera una caída de 24% en los fondos coparticipables, pero el impuesto PAIS y las retenciones quedan en la Nación-.

Según transmitió, el mix de tasa positiva, emisión cero y pago de intereses con superávit redundará en “una apreciación paulatina de la moneda y será en el marco de la competencia de monedas”, dijo Claudio Cesario, presidente de la Asociación de Bancos ABA, que nuclea a los bancos de capital extranjero.

“Lo que explicaron hoy a las entidades financieras está bien y en línea con el trabajo de saneamiento de las cuentas del BCRA. Para los bancos, pero fundamentalmente para los depositantes, los cambios no generan ningún tipo de inconveniente”, añadió Cesario tras la reunión en el salón Bosch del Banco Central.

No hay verdes

Los inversores aceleraron la dolarización de sus portafolios la semana pasada. Según IEB, la presión se notó “tanto en los bonos soberanos dollar linked (atados a la cotización oficial de la divisa), que subieron 5% en promedio, como en los contratos de dólar futuro”.

El Banco Central terminó junio con ventas netas de USD 84 millones de dólares e interrumpió su racha compradora. Según Bausili, el invierno se anticipó y obligó a hacer más pagos para importar energía. Este lunes, la agroindustria informó que liquidó en junio casi USD 2000 millones, lo que representó una baja del 24% contra mayo y del 25% interanual (contra el año de la sequía, pero la cuenta se ensucia por el “dólar soja” que fomentaba las liquidaciones). En el primer semestre, la liquidación fue similar a la del mismo periodo de 2023.

Javier Preciado Patiño, analista del mercado agropecuario, lo puso en perspectiva. “A excepción de 2023 (sequía más el fin del Dólar Soja III), es el peor junio desde 2009. El acumulado al primer semestre es de US$ 11.022 millones, por debajo de los promedios de las administraciones anteriores”, indicó. Hay que remontarse al promedio de liquidaciones del primer gobierno de Cristina Fernández para encontrar un ingreso de agrodólares tan bajo. Con varios asteriscos. Primero, el 20% de las ventas se canalizan a través del contado con liqui. Segundo, el precio internacional de la soja está en caída sostenida. Tercero, la apreciación cambiaria. “El productor de soja tiene en el presente un precio ofrecido en pesos apenas por encima de lo ofrecido en diciembre, tras la devaluación”, sostuvo.

Bausili dijo el viernes que el programa supone una caída en la acumulación de reservas en torno a los USD 3000 millones para este trimestre. En paralelo, deberán comenzar a pagar vencimientos por los bonos Bopreal (que sumaron USD 10.000 millones de deuda) y los títulos del último canje de deuda, además de compromisos con el FMI.

La menor entrada de dólares, el mayor compromiso para pagar importaciones y vencimientos de deuda en moneda extranjera para estos meses le ponen presión al Gobierno para mantener el tipo de cambio. Entre julio y agosto, el Gobierno debe saldar USD 4600 millones en vencimientos en divisa. Bausili le dijo a los banqueros que tienen los fondos para hacerlo, sin devaluar. (Cenital)

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