Ante la crítica situación de la empresa, el gobernador negó que el Estado provincial vaya a interceder para evitar que quiebre.

El gobernador Maximiliano Pullaro se refirió al complejo escenario que atraviesa la empresa Vicentín, y fue categórico al descartar una eventual intervención estatal para evitar su quiebra: «Esto no es un Estado comunista, donde el Estado o el gobierno tiene que intervenir cuando quiebra una empresa», sostuvo el mandatario.
Las palabras del gobernador tuvieron lugar tras una actividad oficial en Rosario, y llegaron luego de que se conocieran novedades de la empresa, sobre las plantas Avellaneda y Ricardone. La Justicia dejó sin efecto el acuerdo que Vicentín había alcanzado con sus acreedores. Esa decisión reabrió el proceso de concurso preventivo.
«Vamos a estar al lado para que ninguna familia la pase mal o que realmente sufra», afirmó. En ese sentido, recordó que la Provincia ya ha intervenido en otros momentos críticos, como ante los recortes de partidas alimentarias y de medicamentos dispuestos por el Gobierno nacional. Sin embargo, marcó un límite: «No se puede hacer el gobierno cargo de la empresa o de cada una de las empresas que quiebran».
El mandatario atribuyó parte de la responsabilidad del actual panorama de incertidumbre a las decisiones políticas que, en su visión, distorsionaron el accionar de la Justicia: «Recordemos que desde la Provincia en un momento se intentó intervenir la empresa y desde el Gobierno nacional se la intentó expropiar. Un trámite judicial que debería estar resuelto hace tres años y medio, hoy sigue trabado por las intromisiones del poder político”, marcó.
Para Pullaro, es fundamental respetar los procesos judiciales en curso, más allá de las simpatías o rechazos que generen sus resoluciones. «Vamos a respetar lo que resolvió la Justicia de la provincia de Santa Fe, nos guste o no nos guste», enfatizó.