En un giro histórico, el Parlamento noruego aprobó una reforma legal que permite la apertura gradual de los fondos marinos a la explotación minera, convirtiendo a Noruega en el primer país del mundo en autorizar esta controversial práctica. Este plan inicialmente abarcará un área de 281.000 kilómetros en el mar de Barents y el mar de Groenlandia, situados en el Océano Ártico. Si bien el plan se limita a aguas noruegas, en el país están buscando acuerdos para extenderlo a aguas internacionales.
El proyecto de ley busca acelerar la búsqueda de metales preciosos tales como litio, escandio y cobalto, los cuales se encuentran en forma de nódulos bajo el mar. Estos metales son fundamentales para la industria de tecnologías verdes y también para la creación de baterías eléctricas.
La decisión fue tomada contra el consejo de científicos ambientales, quienes señalan las posibles y graves consecuencias para la vida marina que tiene esta práctica. Es más, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) advierte sobre la contaminación acústica y lumínica, así como daños al hábitat marino causados por las técnicas de recolección de minerales del fondo marino.
El gobierno noruego explicó que las empresas que se dediquen a esta actividad deberán presentar propuestas, incluidas evaluaciones ambientales, para obtener licencias, que se aprobarán caso por caso en el parlamento.
La propuesta noruega, centrada en sus aguas nacionales, plantea preguntas sobre la posibilidad de emitir licencias para mares internacionales, lo que podría tener implicaciones a nivel global.
Mientras tanto, el año pasado, 24 países, incluyendo Chile, apoyaron públicamente una moratoria, pausa cautelar o la prohibición de la minería submarina. Noruega, en contraste, no formó parte de esta iniciativa.
(The Metals Company/ Shutterstock/ Andrés Estevez/ Anoop VS/ Matheus Bertelli/ Nautilus Minerals)