Los múltiples tipos de cambio, precios regulados de la energía y otras distorsiones de la economía Argentina hicieron de las fronteras puntos calientes del consumo para muchos residentes de países limítrofes que aprovecharon el diferencial de precios para consumir a precios imposibles en sus lugares de origen.

Los múltiples tipos de cambio, precios regulados de la energía y otras distorsiones de la economía Argentina hicieron de las fronteras puntos calientes del consumo para muchos residentes de países limítrofes que aprovecharon el diferencial de precios para consumir a precios imposibles en sus lugares de origen. Uno de los países más afectados por ese fenómeno que hace las delicias de los viajeros pero que daña las cuentas de los comerciantes es Uruguay, pero en el país vecino señalan que la Argentina baratísima se acerca a su fin.

La Universidad Católica de Salto, Uruguay, mantiene hace años un relevamiento que permite poner en números lo que pasa con el comercio en las fronteras. Su Indicador de Precios Fronterizos (IPF) mide una canasta de 60 productos en la Ciudad de Salto y en la vecina ciudad argentina de Concordia. Se trata de bienes transables, no servicios, y se publica como un diferencial que permite precisar cuánto más caro está Salto respecto a Concordia y viceversa.

A lo largo de los cuatro años del Gobierno de Alberto Fernández, el índice mostró una diferencia exorbitante entre los precios argentinos y uruguayos. Más que nada por el salto de la brecha cambiaria, ya que el indicador se basa en el precio del dólar libre para calcular los precios en una moneda común.

El estudio muestra que a marzo la canasta de 60 artículos era 50,33% más cara en la ciudad uruguaya de Salto que su vecina Concordia, el menor nivel desde abril de 2019, cuando era del 43,1 por ciento.

En marzo, una canasta de 60 productos era 50,33% más cara en Salto que en Concordia. En septiembre pasado, esa brecha era del 180,2 por ciento 

Es un retroceso marcado en muy corto tiempo. En enero, la diferencia era de 97,4%, en noviembre pasado era de 157,3% y en setiembre de 2023 fue el momento de mayor brecha de la serie que se empezó a elaborar en 2015. En ese mes, en pleno proceso electoral argentino, los mismos 60 productos valían 180,2% más del lado uruguayo de la frontera. 

“Aunque Salto sigue estando más caro que Concordia en la mayoría de los artículos considerados en este indicador, las brechas están disminuyendo. El dólar blue, utilizado como referencia para este informe, continúa manteniéndose en niveles elevados, mostrando una relativa estabilidad. Sin embargo, el significativo y sostenido aumento de precios en el vecino país está generando un fuerte impacto a favor de Uruguay, lo que se traduce en una disminución de la brecha de precios entre las ciudades estudiadas”, resaltó el informe.

“El indicador muestra que, considerando el conjunto de bienes seleccionados, y sus ponderaciones en el gasto de consumo de los hogares, es decir el patrón de gasto observado, adquirir la canasta en Concordia es 33% más barato en relación con Salto. Desde la perspectiva de Concordia, el indicador muestra que Salto está 50% más caro en comparación con dicha ciudad”, añadió.

Una inflación argentina que acumuló entre diciembre y los primeros meses del año aumentos de más del 70% en pesos mientras que el dólar libre se estabilizaba generó una fuerte inflación en dólares que hace que, para los uruguayos, la conveniencia de cruzar el puente para hacer las compras sea cada vez menor.

calle uruguay

La calle Uruguay de Salto, se prepara para recibir a los argentinos. Dentro de pocos meses el cambio los favorecerá nuevamente y el tránsito será inverso al que venía dándose hasta ahora.

Ya hay tres productos alimenticios (el arroz, el jamón cocido y el pan blanco envasado) que resultan más baratos en Salto que en Concordia. Whisky, sábanas, toallas y neumáticos completan la lista de productos que, en la actualidad, resultan más baratos en Uruguay que en la Argentina.

Precios puntuales más baratos como estos están empezando a impulsar el fenómeno inverso, el de argentinos que cruzan las fronteras para buscar mejores precios. Claro que, con un proceso todavía muy reciente en marcha, los consumidores apuntan a productos específicos para aprovechar esas diferencias.

Fuente: (Diario El Sol)

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