A la edad de 40 años es asesinado en la ciudad de Nueva York el ex beatle John Lennon, víctima de cinco balazos disparados por la espalda por Mark Chapman cuando el músico y cantautor británico salía del edificio Dakota, donde vivía con su pareja, Yoko Ono. El asesino fue condenado a cadena perpetua.

Aunque al momento de su muerte el artista británico ya se erigía como una especie de leyenda viva, tanto por haber conformado junto a Paul McCartney la sociedad compositiva más importante de la música popular contemporánea, como por simbolizar una verdadera revolución cultural, el fatal desenlace lo convirtió en el mito más grande del espectáculo moderno.

Ocurre que el icónico músico no sólo conmovió a millones de jóvenes en todo el mundo con las nuevas estéticas propuestas desde el famoso cuarteto, sino que además representó una era en la que la juventud alzó su voz contra un conservador orden establecido por el mundo adulto a nivel político y socio-cultural.

En tal sentido, la música de Lennon expandió a límites insospechados a la música pop, pero además expresó los sentimientos de una generación nacida en la posguerra, que buscaba un cambio de época a través de una libertad que confrontaba viejos prejuicios.

Nacido el 9 de octubre de 1940, en Liverpool, en medio de uno de los recurrentes bombardeos de la Alemania nazi a su preciado puerto, Lennon fue producto de su tiempo y de su propia historia familiar, marcada por el abandono de sus padres y las exigencias de su tía, encargada de su educación, para que diera respuesta a los mandatos sociales de la época.

John transcurrió su infancia tironeado internamente por la herencia del espíritu libre heredado de su padre Alfred, un marino amigo de la diversión; y del desparpajo de su joven madre Julia, quien delegó su crianza para poder rehacer su vida; y las severas reglas fijadas por su adorada tía Mimi.

En una ciudad y un contexto en el que solo el fútbol y el humor aparecían como alternativas para los jóvenes de eludir un inexorable destino familiar, Lennon encontró en el arte su válvula de escape. Primero a través del dibujo y las historietas, y luego en el rock and roll y la rebeldía que encarnaban Elvis Presley y James Dean, respectivamente.

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