Urribarri afirmó que Goyeneche no actuó sola y apuntó a la oposición política de la cual, insiste, Goyeneche era eslabón dentro del poder judicial.
Lo compartido por Urribarri
«Desde hace meses y partinte en las últimas semanas, he sido blanco de los ataques sistemáticos de Cecilia Goyeneche, quien se ha paseado por medios de comunicación de todo el país diciendo mentiras y falacias para intentar tapar la realidad.
En noviembre de 2021 fue la primera y única vez que salí públicamente a aclarar que no tengo ninguna relación ni injerencia en el jury que se lleva adelante en Entre Ríos contra la Dra. Goyeneche, procuradora adjunta de la provincia.
Pensé que sería la última vez, pero aquí estoy, realmente a disgusto, volviendo a referirme al tema.
En aquella oportunidad, fue a raíz de una nota publicada en La Nación. El periodista Hernán Capiello daba cuenta del comienzo de este proceso contra la funcionaria judicial con el descabellado título: “El peronismo avanza contra la Justicia en Entre Ríos para proteger a Urribarri”.
En el texto se “informaba” que Goyeneche coordinaba la acusación en mi contra en el juicio oral y público que se había iniciado dos meses antes y estaba en pleno desarrollo y que yo quería “sacarla del medio y debilitar el juicio”.
En Entre Ríos todos conocen perfectamente las razones objetivas por las cuales el Jurado de Enjuiciamiento resolvió abrirle un jury a la Dra. Goyeneche a fin de revisar su accionar como funcionaria judicial.
Se procedió a analizar si efectivamente tenía vínculo personal y comercial con un imputado en una investigación que ella encabezaba y si ese vínculo puso en jaque su objetividad. Además, se le ha cuestionado su comportamiento respecto a un testigo, su decisión de no investigar determinados hechos vinculados a esa causa, el haber mentido descaradamente durante una audiencia, etcétera, etcétera, etcétera.
Hay que recordar también que es a partir de ese vínculo que la Dra. Goyeneche, casi en un paso de comedia, termina autoembargada en la causa que dirigía. Sí, autoembargada por un inmueble que compartía con ese imputado (finalmente terminaron siendo no uno sino dos inmuebles los que tenía en condominio). Nunca visto. Su superior no pudo sostener más semejante papelón y terminó resolviendo el apartamiento. Hablemos de bochornos de proporciones.
Digo todo esto como para despejar el ruido que se ha generado intencionalmente, y ver con claridad de qué se trata en realidad todo esto.
Porque lo cierto es que en un intento de confundir a quienes no conocen esos hechos, la Dra. Goyeneche ha buscado permanentemente politizar la situación como forma de poder sortear la revisión de su accionar. Embarrar la cancha, como se dice vulgarmente. Y resulta ser que mi nombre le sirve de excusa para su rally mediático, claro que siempre dependiendo del interlocutor: en los medios nacionales me señala como el culpable de todo, pero no es tan así en los de la provincia, donde responde con evasivas porque todo el mundo sabe cómo son las cosas. (Casi que no la culpo; que yo me lleve la marca viene siendo una práctica común para varios referentes de la política y los medios).
Como ya he dicho hasta el cansancio, los denunciantes de la Dra. Goyeneche no son sino quienes me han denunciado a mí también. Y respecto del Jurado de Enjuiciamiento, con solo repasar su integración se puede ver a todas luces que no tengo ningún tipo de relación, influencia o injerencia. Esa es la única verdad.
Este solo dato sobre los denunciantes debería haber bastado para mostrar lo insólita que resulta la idea de que yo estoy detrás del jury contra Goyeneche. Es descabellado creer que yo puedo tener alguna influencia sobre estos abogados con los cuales, lógicamente, mantengo un enfrentamiento político ya de larga data que es de público conocimiento. Con el doctor Mulet, incluso, iré a juicio porque también me denunció por calumnias e injurias y no llegamos a un acuerdo en las instancias de mediación.
No alcanza nada que yo pueda hacer al respecto. Tampoco que Pagliotto y Mulet salgan por todas partes vociferando que a la denuncia la hicieron ellos y repitiendo los preocupantes motivos, que es dónde debería estar el foco de atención mediático, político y ciudadano.
Ahora bien, las expresiones de la Dra. Goyeneche demuestran cuán reñidos está con el funcionamiento de las instituciones. Se resiste a que los organismos pertinentes examinen su desempeño como funcionaria pública.
Entonces, politizan la justicia así como han judicializado la política. Las dos caras de la misma moneda. En lo personal, no me sorprende para nada.
No he visto a otros funcionarios judiciales adoptar semejante beligerancia cuando les tocó afrontar un proceso de jury. Se sentaron en el banquillo y se defendieron, como corresponde.
¿Será que las autoridades del Ministerio Público Fiscal entienden que a ellos no les caben las generales de la ley? ¿Creerán que tienen privilegios?
La respuesta podría ser que sí teniendo en cuenta la arbitrariedad y la prepotencia con las que han llevado adelante la persecución penal en los últimos años.
Y aquí yo debería ensayar alguna autocrítica. Pues fui quien impulsó la reforma del sistema procesal penal en el entendimiento de que ello se traduciría en un mejor servicio de justicia. Nunca pensé que sería utilizado con fines políticos.
Es un secreto a voces en la provincia la procedencia y los vínculos de la Dra. Goyeneche. Bueno sería que eso sea parte de la discusión pública así se pone blanco sobre negro y deja de erigirse como faro de moralidad e independencia.
En particular, la Dra. Goyeneche en su relato mediático teje una fábula en la que se presenta como víctima de supuestas relaciones entre diferentes actores.
¿En serio quiere hablar de relaciones la Dra. Goyeneche? Ok. Hablemos entonces.
Resulta que la Dra. Goyeneche está casada con un militante y dirigente del PRO, colaborador estrecho de Rogelio Frigerio, y se desempeñó como mano derecha de la ex viceintendenta de Paraná y presidenta del Concejo Deliberante, Josefina Etienot, durante la gestión de Cambiemos. De hecho, Goyeneche es amiga íntima de esta dirigente de la primera hora del PRO en la provincia, devenida ahora en jueza de familia (parece que los funcionarios judiciales provenientes de la política no son solo del peronismo).
¿Alguien va a decir algo de todo eso o mejor miramos para otro lado?
Y hablando de mirar para otro lado. Podríamos mencionar también el silencio ensordecedor de la ministra de Gobierno y Justicia de la provincia, quien pese a representar al Poder Ejecutivo -con todo lo que ello implica-, no ha expresado ni una sola palabra sobre semejantes ataques de la Dra. Goyeneche. Y no me vengan con la excusa de la no interferencia. Acá está en juego el funcionamiento de las instituciones.
En estos días hemos visto el alzamiento de los integrantes del Ministerio Público Fiscal, quienes en una actitud corporativa, se rebelan contra organismos constitucionales mediante comunicados, reportajes, fotos colectivas y manifestaciones con aplausos incluidos en la sala judicial, con el propósito de condicionar la resolución del tribunal. Y nadie dice ni mu. Todo muy normal.
Tengo claro que la doctora Goyeneche no está haciendo este despliegue en soledad, sino que es parte de una estrategia más amplia detrás de la cual hay desde importantes dirigentes de la oposición hasta dirigentes políticos émulos de Rasputín, QUE NO SON DE LA OPOSICIÓN, a los que les conviene, en combo, mi condena y la destitución de Goyeneche. Pero esa es otra historia sobre la que yo, por ahora, no tengo nada que decir.
Es hora de que se termine de una vez por todas este circo mediático. A sacarse las caretas y si quieren hacer política, háganlo como corresponde: vayan en una boleta. Quién dice que esto no sea el principio de aquello».