Los valores de las naftas caerán 1% y el del gasoil, 2%; el resto de las empresas refinadoras acompañarán la medida.

Por primera vez en más de cinco años, y luego de que el precio de los combustibles subiera 340% en el último año, YPF anunció que aplicará una baja en sus valores de nafta y gasoil a partir de mañana, que sería mayor si no fuera porque el Ministerio de Economía aplicó un aumento en los impuestos a los combustibles líquidos, que siguen atrasados. En concreto, el precio de las naftas bajará 1% y el del gasoil, 2%. El resto de las empresas refinadoras acompañará la medida.
 
“Quiero realizar un acuerdo justo con los consumidores. Nadie tiene que subsidiar a nadie. Ni nosotros a los consumidores ni los consumidores a nosotros. En consecuencia, si el precio del crudo internacional sube, el precio de los combustibles localmente va a subir. Si el precio baja, vamos a bajar”, dijo Horacio Marín, presidente y CEO de YPF.
 
En un comunicado de la petrolera, informó que la baja de la empresa en los precios es de 4% promedio para las naftas y 5% promedio en gasoil, pero que en el surtidor se verá reflejada una caída de 1% y 2%, respectivamente, debido a la devaluación del 2% mensual que aplica el Banco Central y a la suba de los impuestos a los combustibles.
 
“Esta decisión se toma, fundamentalmente, en el marco de una caída de la cotización internacional del crudo Brent, que forma parte de la estructura de precios de todos los combustibles a nivel mundial. En los últimos ocho meses, YPF encontró un equilibrio entre los precios internacionales y los precios locales en surtidor que permite, de ahora en más, que estos últimos se suban o bajen en función de valor del crudo Brent y la evolución de los componentes de costo local”, explicó la petrolera con control estatal.
 
En el último año, el precio de los combustibles subió 340% en la Ciudad de Buenos Aires, muy superior a la inflación interanual, en torno a 236%. Esto se debió a dos razones principales. En primer lugar, al objetivo de YPF de cerrar la brecha de costos entre el barril criollo y el de paridad de exportación. El año pasado, mientras las productoras vendían el barril interno a un precio promedio de US$61, el valor de exportación era US$72, acorde con la cotización promedio del Brent, que se toma de referencia en el país. Era una brecha de 18%.

Actualmente, según datos del sector, mientras que el barril criollo se comercializa a US$68, el de exportación está por debajo de US$70 (el Brent menos el 8% de retenciones que se cobran a las exportaciones de petróleo). De hecho, a mediados de mes, el Brent tocó un piso US$69 y ahora cotiza a US$71,67.
 
La segunda razón detrás del aumento de 340% en los precios de los combustibles se debe a que el Gobierno aumentó los impuestos al combustible líquido (ICL) y al dióxido de carbono (IDC), que la administración anterior dejó sin actualizar durante 10 trimestres consecutivos, desde julio de 2021. Estos impuestos deberían actualizarse cada tres meses según la inflación acumulada del trimestre anterior, como se estableció en el decreto N°501, de mayo de 2018.
 
Junto con el impuesto PAIS, el de los combustibles fue el que más creció en recaudación en el último año, permitiéndole al Ministerio de Economía compensar la caída de ingresos de otros tributos vinculados a la actividad económica. En agosto, último dato oficial, la recaudación del impuesto a los combustibles creció 357% nominal (35% real), según cálculos de la consultora Outlier.
 
La situación, sin embargo, no es la misma para naftas que para gasoil, explican en el sector. “Las naftas siguen estando atrasadas. Recordemos que en la Argentina, históricamente, fueron más caras que el diésel y hoy la situación es inversa”, dijo un empresario refinero. De hecho, mientras que el litro de nafta súper de YPF cuesta $1059 y la premium, $1309, la de gasoil súper vale $1084 y la premium, $1334, en CABA.

Otros factores que también impactan en el valor del surtidor son la devaluación mensual de 2% del tipo de cambio, ya que los principales costos de las materias primas del sector están dolarizados; el aumento de los precios de los biocombustibles; la inflación sobre costos de operación, logística y proyectos, y los impuestos.
 
De hecho, todavía quedan aumentar del ICL y del IDC la inflación acumulada del primer y segundo trimestre del año, lo que implicaría una suba en torno a $139 para las naftas y de $86 para el gasoil, según cálculos de Guillermo Lego, gerente de la Confederación de Entidades de Comercialización de Hidrocarburos y Afines (Cecha).
 
Para octubre, sin embargo, el Gobierno estableció una suba de $10,79, lo que representaría un incremento en el precio de la nafta del surtidor de 1,02%. En gasoil, el aumento sería de $9,55, lo cual la suba sería de 0,88%, que se verá compensando con la baja del Brent.
 
“Sin duda el tema de la baja del Brent merece análisis y atención, pero hay que tener en cuenta todos los factores a la hora de evaluar acciones y también entender donde aterrizan las variables en los próximos días”, dijo Lego.

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