Así lo expresa el grueso de la planta de empleados municipales de la ciudad de La Paz, debido al atraso en sus haberes que vienen experimentando hace mucho tiempo. Con un básico estancado en poco más de 75mil pesos, muy por debajo de la línea de indigencia, preocupa la «tranquilidad» con la que Gremios y ejecutivo dejan dilatar los tiempos.

El intendente saliente, Bruno Sarubi, venía haciendo un esfuerzo por empatarle a la inflación y, aunque todo parecía quedarse en intentos con una inflación que corría por delante del precipicio, en cada comienzo de año se priorizaba acuerdos con el sector con los primeros aumentos en enero.
La actual gestión a cargo de Walter Martin, tiene el gran desafío, el de comenzar a normalizar la situación económica de la familia municipal que ha quedado relegada en función a otros trabajadores del sector público, por ejemplo, el docente.
Alguna vez, a finales de los 90 y durante una importante etapa de la década del 2000, los empleados municipales de La Paz, marcaban un norte en materia de negociación salarial. No solo estaban ubicados entre los mejores pagos a nivel provincial, además eran tomados como referencia para las negociaciones sindicales en general. Hoy eso ha cambiado rotundamente y pasaron a la cola de los acuerdos con la patronal.
En momentos en que se comienzan a mover las paritarias, y en medio de un clima enrarecido por un DNU presidencial que busca avasallar derechos laborales, la planta de empleados municipales de La Paz aún no han recibido ningún gesto y eso preocupa.
Hace unas semanas se publicó una imagen del primer encuentro del intendente y su equipo económico con el SEYOM, el gremio municipal mayoritario. La señal fue buena. Lo concreto aun no se sabe.
Municipales paceños esperan gestos que no llegan. Mientras tanto, la provincia anunció, luego de una mesa de diálogo sindical, el pago de haberes de enero con un 12,8 % para estatales y docentes.