En EE.UU. 43 millones de estadounidenses (13% de la población) sobreviven merced a los planes de asistencia económica del gobierno federal. El sistema, denominado SNAP le otorga un crédito a cada ciudadano o ciudadana que cumpla con los requisitos, el cual está relacionado con la cantidad de miembros que tiene la familia y va desde 250 a 1504 dolares. Dicho sistema tiene alguna similitud con la AUH y otros planes de asistencia social argentinos.

En los estados más pobres de EEUU el volumen de estos SNAPS en la facturación de un supermercado es del 50% lo que demuestra la magnitud del grave problema alimentario.

Las personas en situación de calle son una realidad que atañe a todas las ciudades del mundo. Sin importar el nivel económico y calidad de vida en una sociedad, existen individuos que han sido llevados al punto de la exclusión.

Un estudio publicado por la Universidad de Chicago, señala que al menos 4.2 millones de niños y jóvenes se encuentran viviendo las calles, refugios o en casa de terceras personas, por no poseer una vivienda propia en los Estados Unidos.

Los datos que arroja el documento, indican que se trata de 700 mil adolescentes (entre 13 y 17 años) y 3.5 millones de adultos jóvenes (entre 18 y 25 años) en situación de calle.

Las poblaciones más vulnerables a esta condición son las familias afroamericanas, los latinos y la comunidad LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales).

Sólo en 2015, 43 millones de personas se encontraban en pobreza extrema en Estados Unidos. Una cifra que, fue cambiando pero que no logró, desde entonces, ubicarse por debajo.

Los investigadores decidieron utilizar el término Sin techo (Homeless), para abarcar un espectro más amplio, y no sólo para registrar a las personas que no poseen vivienda propia, sino principalmente a quienes viven en las calles, refugios o en calidad de hacinamiento, sin importar su edad.

Miami planea mudar a indigentes en situación de calle a una isla

A mediados de 2022 se dio a conocer una de las ideas más polémica que intentan poner en práctica desde algunos estados para atender la indigencia.

Los funcionarios de Miami quieren reubicar a parte de la población sin hogar de la ciudad en un campamento en una isla cercana que alberga una planta de tratamiento de aguas residuales.

  • El gobierno de la ciudad está considerando la propuesta que enviará a las personas sin hogar que viven en la calle en áreas densamente pobladas, incluido el centro de la ciudad, Overtown y Little Havana, al campamento en Virginia Key, uno de los cinco lugares en discusión, informó el Miami Herald.

A principios de 2022, la Junta de Comisionados del Condado de Miami-Dade pidió a los funcionarios de la ciudad que presentaran ideas sobre cómo mitigar la población de personas sin hogar en la ciudad, que recientemente se registró en 1.525 personas. 

En 2021 se utilizó la fuerza en otros estados en los que, se apartaban a las personas en situación de calle con acciones encaradas por la fuerza policial. Lo hacían por tierra y aire, decenas de agentes expulsaron a quienes tuvieran carpas y tiendas instaladas en la zona, bajo la amenaza de arrestar a quien infringiera el orden.

El abogado Gary Blasi, quien también es profesor de derecho en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y dedica su carrera a defender a la población más vulnerable, dijo a Brasil de Fato que «a menos que la gente tenga una alternativa real de refugio, vivir en la calle no infringe ninguna ley».

También según el profesor, la maniobra se hizo con el argumento de que existía una oferta de refugio disponible, lo que obligaría a las personas a abandonar el campamento.

«Lo que sucedió en Echo Park servirá como modelo de cómo la ciudad de Los Ángeles debe enfrentar situaciones similares en otras áreas. Básicamente, el Estado recurrirá a la fuerza policial y ofrecerá albergue temporal, en estructuras temporales», dijo Blasi. Agregó que «el problema es que estas personas estarán acogidas por poco tiempo y pronto deberían estar de vuelta en las calles».

A pesar de ser un problema social, Blasi utilizó las matemáticas en su explicación. “Incluso antes de la pandemia, unas 600 mil familias dedicaban más del 90% de sus ingresos al pago de un alquiler. Esto significa que, ante cualquier contratiempo, como una enfermedad o un despido, familias enteras se ven obligadas a irse a vivir en la calle”.

Soluciones

Para el doctor en sociología Samuel Lutzker, que estudia los campamentos de personas sin hogar en la ciudad, las alternativas presentadas por las autoridades no son, hasta ahora, una respuesta definitiva a la crisis. «Los albergues tienen toque de queda y reglas muy estrictas, que a menudo generan traumas en las personas. Además, para vivir en uno de estos albergues o programas de vivienda temporal, estos individuos tienen que renunciar a su comunidad y afectos, como compañeros, amigos e incluso mascotas. Cuando se trata de este punto de desamparo, el cuidado de la comunidad, en la mayoría de los casos, es lo único que tiene esa persona», dijo al equipo de reportaje.

Sin embargo, esto no significa que la gente «prefiera vivir en la calle». «Todo el mundo quiere un hogar, pero en un contexto que sea mejor que el que se tiene en la calle», consideró Lutzker.

El sociólogo aboga por la implementación de programas a gran escala que combatan la desigualdad y la pobreza en Estados Unidos. «Debemos pasar a un sistema socialista, de lo contrario no podremos combatir estas formas de desigualdad que ha creado nuestro capitalismo».

«Los tirados», inflación y alquileres caros crean miles de indigentes en EE.UU

En la actualidad, el drama de los “tirados”, el número de homeless que se incrementa en las principales ciudades los Estados Unidos, cuestiona las estadísticas oficiales y las políticas de ayudas sociales en la era Biden

Cientos de campamentos copan los espacios públicos de Seattle a Washington, y de Chicago a Los Ángeles. “Es un espacio donde sobrevivimos”, explica Michelle, que vive en las afueras de Seattle en un predio ocupado por gente que perdió sus hogares tras la crisis post pandemia.

Montones de basura y lonas rasgadas rodeaban los remolques y las casas rodantes estacionadas cerca de las vías del tren al sur de la ciudad costera del oeste de los Estados Unidos. “Estoy enfermo, NO me despierten”, “Tengo spray de pimienta”, y “¡No remolquen mi casa!”, con algunos de los letreros escritos a mano para evitar el desalojo. El ayuntamiento de Seattle les advierte desde fines de julio que tienen “orden de retirar todos los bienes personales”. 

Muchos duermen en autos abandonados o en  tráilers. “No tenemos hogar. Lo odiamos”, reconoce John, de 32 años. El gobierno federal no incluye en sus estadísticas de personas sin hogar a los “tirados” que viven en carpas y tráilers, una metodología que académicos y legisladores apuntan como defectuosa.

Datos

“Necesitamos tener datos precisos si vamos a brindar soluciones precisas”. Durante años, varias ONG han presionado al gobierno para que mejore sus estadísticas y amplie los refugios. “Es una tarea monumental, es probable que las comunidades no encuentren a todas las personas sin hogar, pero debemos hacer un esfuerzo de conteo constante para evaluar si la falta de vivienda está subiendo en todo el país”, apunta Shantae Goodloe, portavoz de HUD.

“Ampliar la definición de personas sin hogar no resuelve el problema, pero cuantifica la cantidad de personas que viven en situaciones de vivienda precaria”, agrega. Para los tirados, la brecha entre la política y la realidad ha significado elecciones dolorosas.

Una revisión de 2021 realizada por la Oficina de Responsabilidad del Gobierno de EE. UU., criticó al departamento de Vivienda por no proporcionar a sus filiales programas que se anticiparan al conflicto en medio de la pandemia. Y la inflación posterior ha empeorado situación. Los alquileres están subiendo en todas las ciudades de EE.UU.

 “Cada vez dedicamos más horas al trabajo para poder pagar un alquiler. Y tienes que ganar como tres veces el alquiler, y tener el primer y último depósito. Es difícil», se queja Shane, uno de los “tirados” que pudo volver a alquilar departamento tras medio año viviendo con su familia en un tráiler. “Les dijimos a nuestros hijos que era un viaje y que pronto volveríamos a tener una casa”, agrega. Un drama global que sorprende al país del norte con un incremento del 12% en el último año.

Fuente: (Con datos de Noticias, brasildefato, fundacioncentrohistorico)

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