Así lo reveló un cálculo del IPYPP para el primer trimestre, en el pico del crecimiento de la pobreza. Cuáles son los principales grupos sociales que pasaron a conformar a los nuevos pobres e indigentes.
En su pico máximo, el ajuste de shock implementado por Javier Milei llegó a generar 1,5 millones de nuevos asalariados formales pobres, una muestra de que el principal factor que llevó al crecimiento de 11 puntos en la pobreza fue el atraso de los ingresos reales impulsado por el Gobierno.
Así lo revelaron los números aportados a El Destape por el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPYPP), encabezado por el economista y dirigente Claudio Lozano, luego de conocerse las últimas cifras sobre la suba de la pobreza y la indigencia.
El jueves, el Indec precisó que, durante el primer semestre de 2024, el 52,9% de los argentinos vivió en la pobreza y un 18% vivió en la indigencia. En total, 24,8 millones de pobres, de los cuales 8,5 millones son indigentes. Se trata de una suba de 11,2 puntos y 6,2 puntos respectivamente, que duplicó a la del primer semestre de la pandemia en 2020 y fue un tercio más grande que la de los cuatro semestres de recesión del gobierno de Mauricio Macri en 2018-2019.
Según el IPYPP, la pobreza pasó del 38,6% al 54,9% de la población entre el tercer trimestre de 2023 (último en el que no influyeron las medidas de ajuste de Milei en diciembre pasado) y el primer trimestre de 2024. En ese período, la pobreza pasó a afectar a 7,8 millones de personas nuevas, mientras que los asalariados formales pobres crecieron del 13,7% al 29,4%. Esto implica, según calculó Lozano, que de los 7,8 millones de pobres nuevos 1,5 millones fueron asalariados formales.
Se trata del pico, tanto de pobreza como de asalariados pobres, en lo que va de gobierno libertario. Al contrario, la cantidad de pobres bajó entre el primer y el segundo trimestre de 2024, de 54,8% a 51% según cifras del Ministerio de Capital Humano, gracias a la leve y lenta recuperación del salario real. Por lo tanto, es esperable que en ese lapso también haya bajado la cantidad de asalariados formales en la pobreza.
El crecimiento de los asalariados formales pobres es evidente hasta desde un simple punto de vista matemático. «De la mediana del 50%, para arriba la mayoría son trabajadores registrados y para abajo son no registrados. Entonces, cuando la pobreza pasa el nivel del 45 o 50%, cada vez te van ingresando proporcionalmente más trabajadores registrados, que empiezan a tener más representación dentro de los pobres», explicó Leopoldo Tornarolli, economista del CEDLAS de la UNLP.
Aunque el cálculo elaborado por el IPYPP compara el primer trimestre de 2024 con el tercero de 2023, y no con el cuarto, resulta evidente que prácticamente la totalidad de ese 1,5 millones de nuevos asalariados formales pobres es atribuible a las políticas de ajuste de Milei.
En octubre de 2023, según el Indec, los salarios crecieron 8,3%, empatándole exactamente a la inflación. En noviembre de 2023, en tanto, los salarios crecieron 9,1%, 3,7 puntos por detrás de la inflación del 12,8% ese mes. Sin embargo, el grueso del ajuste de ese trimestre llegó en diciembre, cuando la inflación fue del 25,5% y los salarios crecieron solo un 8,9%, 16,6 puntos menos. En otras palabras, el «plan platita» de Sergio Massa, más allá de sus dudosas consecuencias macroeconómicas, implicó una morigeración importante de la caída del poder adquisitivo, mediante medidas como el bono o «suma fija», la eliminación de Ganancias a los salarios y la restitución del IVA para bienes de la canasta básica.
Los nuevos pobres de Milei
Este panorama evidencia que, mayormente, el incremento de la pobreza durante el primer semestre se debió no tanto a la suba del desempleo sino, más bien, al atraso del salario real, producto de la aceleración de la inflación pero también del techo paritario fijado por el Gobierno.
«No hubo tanto despido de formales. Tenés 5 millones de nuevos pobres y los nuevos desempleados son 250.000 personas, es muy poco en proporción. Lo que sí ocurre es que básicamente se hicieron pelota los ingresos laborales de todo el mundo», explicó Daniel Schteingart, economista de Fundar. También remarcó que «los salarios del sector público cayeron más que los del sector privado formal», por lo que «hay más chance de que hayan caído en la pobreza más estatales que trabajadores formales privados».
Aun así y dado que los ingresos cayeron unánimemente, la mayoría de los nuevos pobres no son los trabajadores registrados. «Los nuevos pobres del primer semestre son todo el espectro de clases medias bajas», que abarca no solo a «a empleados de comercio, empleados de servicios de pequeñas y medianas empresas y asalariados» sino también a «trabajadores de oficio, cuentapropistas, monotributistas, pequeños comerciantes, remiseros o feriantes bien», explicó Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social (ODSA) de la UCA.
El tercer segmento importante de nuevos pobres es el de los jubilados, en los que «proporcionalmente la pobreza más creció», subrayó Tornarolli. Según el Indec, en el segmento de mayores de 65 años la pobreza creció 12 puntos, pasando del 17 al 29% en el primer semestre del año.
Por último, quienes cayeron ahora en la indigencia, 3 millones de personas en total, son, lógicamente, quienes hasta el semestre previo eran «pobres informales», es decir, «trabajadores informales o beneficiarios de programas sociales como cartoneros, vendedores ambulantes, remiseros de barrio, comerciantes de barrio popular, servicio doméstico, artesanos», enumeró Salvia.
En este sentido, pese a que el Gobierno incrementó en términos reales la AUH y la Tarjeta Alimentar (lo que permitió que la indigencia crezca menos que la pobreza), cabe resaltar que congeló planes sociales como el ex Potenciar Trabajo y que, más allá de eso, la mayoría de los ingresos de los sectores bajos provienen de actividades propias, también afectadas por el atraso en los ingresos. (El Destape)