También los partidos aliados dentro de Unión por la Patria, sindicatos y organizaciones sociales salieron a la calle y en las redes sociales a explicar qué va a pasar con los jubilados y por qué es importante que los legisladores, cuando lo vuelvan a tratar, sientan la presión social.

Además, explican fuentes parlamentarias, es una forma de sumar participación de gente que no suele ir a las movilizaciones o que teme, tal como hizo Patricia Bullrich para las cámaras este miércoles, recibir palos y gases. Fue entonces cuando la convocatoria, que había nacido en centros de jubilados de Chaco y Corrientes, se empezó a viralizar.
«Es una herramienta para persuadir, para juntar votos, nuestra opción son las urnas, hay que estar en contacto con la gente. En el peronismo recurrimos históricamente a la movilización, es nuestro hito fundante, pero lo hacemos desde las sociedades de fomento, las unidades básicas, la calle, la juntada, desde toda la vida, no desde que ese inventó Twitter», resumió una legisladora.
Esta semana Cristina Kirchner tuvo que salir a cerrar un debate que había empezado a escalar en el mundillo de algunas redes sociales. Con un latigazo en Twitter marcó el límite a la amiga de Jorge Rafael Videla y actual vicepresidenta, Victoria Villarruel, pero también a Mauricio Macri, voluntad con la que creen contar algunos «trasnochado», dicen cerca de CFK.
No fue un mensaje a los dirigentes que vociferan en los canales de TV, como Guillermo Moreno o Sergio Berni. Fue a la militancia, que, desde las bases territoriales y sindicales ven a las cúpulas muy quietas y piden acción. (Tiempo Argentino)