El complejo cerealero y oleaginoso generará un ingreso excepcional de divisas por 40.500 millones de dólares, anticipó Gustavo Idígoras presidente de CIARA-CEC. Preocupan al sector la falta de gasoil, las demoras en la devolución de IVA y los conflictos gremiales.
Por Liliana Franco
“Nos usan de rehén” para mostrar sus problemas, señaló Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera de Argentina y del Centro de exportadores de cereales (Ciara-CEC), al referirse al paro de transportistas de granos que afectó “severamente las terminales de la Argentina para poder ingresar y egresar camiones”.
Idígoras destacó que este año se registrará un ingreso excepcional de exportaciones del sector cerealero – oleaginoso por 40.500 millones de dólares. Entre los problemas que enfrena el sector, advirtió que el faltante de gasoil se presentará en todo el año. También sostuvo que “no es la guerra y la suba de los alimentos la causa del aumento de los precios en nuestro país”. Cabe señalar que la inflación en marzo fue 6,7% y, en alimentos y bebidas en el primer trimestre del año el aumento de precios supera el 20%.
Consultado sobre el proyecto de gravar la “renta inesperada”, sostuvo que la iniciativa “desconoce enormemente el aumento de los costos de producción” y se lamentó que “la Argentina no pudo capitalizar ninguna de las mejoras” que ofrece el mercado internacional en materia de precios y demandas.
A continuación, los aspectos destacados del diálogo mantenido con Ámbito:
Periodista: Entre los problemas que los afectan, el sector ha manifestado preocupación por la falta de gasoil. ¿Cómo está la situación?
Gustavo Idígoras: Hace un mes le advertimos al Gobierno acerca de este faltante de gasoil y le propusimos que autorice a las empresas exportadoras de biodiesel a que abastezcan al mercado interno. Por la última ley propuesta por el kirchnerismo el año pasado, no solo se bajó el corte del 10 al 5% sino que se prohibió que las empresas exportadoras abastezcan al mercado interno para favorecer a las pymes. Sin embargo, ahora estamos en una crisis energética y, de hecho, como dato anecdótico, Europa nos está comprando más biodiesel argentino desde Rosario para sustituir el gasoil de Ucrania y en la Argentina no se puede abastecer al mercado interno.
En cuanto al precio del gasoil importado, el biodiesel de exportación está por debajo de ese precio; no así el de las pymes, que es mucho más caro porque tienen mayores costos de logística, por lo que las petroleras tampoco lo quieren.
En las reuniones en Casa de Gobierno, con el Jefatura de Gabinete, Juan Manzur manifestó su acuerdo porque entiende el tema, ya que viene de una provincia productora de bioetanol. Pero el secretario de Energía mira otra matriz energética y las petroleras insisten en que es un problema coyuntural.
Nosotros creemos que este problema va a durar todo el año y sobre todo ahora que en los próximos diez días se va a duplicar el consumo de gasoil en la Argentina por el inicio de la cosecha.
P.: ¿Cómo evalúa el impacto inflacionario derivado de la suba de precios de las materias primas por la guerra en Ucrania?
G.I.: En cuanto al efecto inflacionario de los precios internacionales, está demostrado que existe mayormente por la escasez de energía más que por el aumento en el precio de los alimentos. El aumento del precio de los alimentos, según cálculos de organismos internacionales y prestigiosos think tanks a nivel mundial, se estima en un 5% de inflación anual en países exportadores de trigo, maíz y aceite de girasol. Pero ya sabemos los índices que tenemos en la Argentina, por lo cual queda claro que no es la guerra y la suba de los alimentos la causa del aumento de los precios en nuestro país.
P.: ¿Cuántos ingresos adicionales obtendrá el Estado por la suba de los precios de las commodities?
G.I.: El estado va a tener este año un ingreso excepcional por exportaciones del sector agroindustrial cerealero – oleaginoso. El año pasado ya tuvo un récord; estuvo en 36.000 millones de dólares. Este año se calcula en 40.500 millones de dólares. Con las retenciones actuales, incluyendo la suba, el Estado tendrá un ingreso fiscal adicional de alrededor de 2.500 millones de dólares porque el año pasado ya tuvo 8600 y este año superará los 10.500 millones de dólares.
P.: ¿Qué otro efecto tiene la guerra en Ucrania sobre la Argentina?
G.I.: Hay un efecto positivo de esta guerra vinculado a que han desaparecido del mercado dos potencias, Ucrania y Rusia. Y, por lo tanto, el mundo empieza a mirar, sobre todo el norte de África, los países del sur de Europa y los de Medio Oriente – que son los que eran abastecidos por Ucrania y por Rusia – a la Argentina como un país interesante que no está en la zona del conflicto bélico, con gran capacidad de producción y exportación y por lo tanto estamos recibiendo muchísimas solicitudes de compra de todos estos mercados. Lamentablemente, el Gobierno interviene las exportaciones y tiene un sistema de cuotas de exportación de maíz y trigo que impiden aprovechar estos precios y crecer en volúmenes.
También en el aceite de girasol tenemos un fideicomiso para el mercado interno por el que cada vez que exportamos tenemos que subsidiar más, por lo tanto, tampoco es conveniente exportar más.
Así que, lamentablemente, la Argentina va a perder otro tren de oportunidades.
P: El ministro de Economía anticipo que está trabajando en un proyecto para crear un fondo con la renta inesperada con que algunos sectores se vieron beneficiados. Se estima que las commodities agropecuarios, entre otros productos, serán incorporados. ¿A priori, cuál es su opinión?
GI: Se entiende que esa renta sería a priori sobre el sector petrolero, el minero y algunas commodities agrícolas impactados por la guerra. Sin embargo, se desconoce enormemente el aumento de los costos de producción.
En el sector agrícola, los costos de producción y la escasez de insumos como es el caso de los fertilizantes, que son producidos justamente por los países que están en guerra, han impactado de una manera mucho más fuerte que la captura de los precios internacionales. Recordemos que los precios internacionales no pudieron ser captados porque, como dije, el Gobierno cuotifica las exportaciones de maíz y trigo.
Argentina vendió antes de la guerra en el caso del trigo. Y en el caso del maíz, no tenía campaña para comercializar autorizada. El mayor problema que tuvo la Argentina es con el aceite de girasol, que tuvo un incremento de precios a nivel mundial de 90%.
Argentina es el tercer exportador mundial después de Ucrania y de Rusia. Llovieron las demandas de aceite de girasol de países europeos, Medio Oriente, norte de África, pero ninguna de ellas pudo ser atendidas porque Argentina tiene un fideicomiso privado para el abastecimiento interno con lo cual cada barco adicional de aceite de girasol se triplica o cuatriplica el subsidio al mercado interno y termina siendo una exportación a pérdida.
Así que la Argentina no ha atendido ninguna de esas demandas incrementales, pero sí tuvo que aumentar el subsidio interno.
Hoy Argentina tiene un precio absolutamente desconectado de la realidad, cuando en el mundo sale 2.200 dólares la tonelada de aceite de girasol, en la Argentina se está vendiendo a 900.
Esta situación genera muchos desvíos, sobre todo consumos fronterizos, hay contrabando y operaciones de venta mayoristas o minoristas, en distintas provincias, que venden a los países vecinos o hay un uso mayor del envase familiar de góndola por parte de industrias que van a buscar ese precio subsidiado. Por tanto, en definitiva, la Argentina no pudo capitalizar ninguna de estas mejoras.
P: ¿Cómo evalúa la marcha de la economía?
G.I: La economía argentina se encuentra en una etapa extremadamente compleja, con altos niveles de incertidumbre, con un proceso inflacionario creciente y que impacta sobre todos los bienes y servicios de la economía y también sobre la exportación. Porque ese proceso inflacionario no acompaña un proceso de devaluación de la moneda, todo lo contrario, y por lo tanto implica que existan costos adicionales todos los meses para la exportación.
A eso, el sector le tiene que sumar las dilaciones enormes de la AFIP para devolver el IVA, que son pesos muertos. Asimismo, las dificultades que tenemos para acceder al mercado internacional para financiarnos. Recordemos que este sector necesita alrededor de 30.000 millones de dólares por año del sistema financiero internacional que le prestan para poder ingresar a Argentina. Esos son los dólares que tiene después el Banco Central y que cada día nos cuesta más conseguir porque Argentina sigue estando penalizada en los mercados internacionales. Además, tenemos conflictos sindicales crecientes, no en forma directa con aceiteros, pero sí con terceros prestadores de servicios como UOCRA (construcción) u otros que paralizan a los puertos, como acaba de suceder con los transportistas.
Como ven que parar los puertos es la única forma de que les presten atención, entonces nos usan de rehén para mostrar sus propios problemas y que el gobierno actúe, porque saben que el Gobierno necesita esos dólares.
Esto nos pone en una situación muy difícil, porque no estamos solos en el mundo, competimos con Brasil, Estados Unidos, Canadá, con Australia, países muy serios, creíbles, con buena logística y financiamiento y sin conflictos sindicales. Cada vez que pasa esto, perdemos más mercados en el mundo.
P: ¿Qué dificultades tienen con la AFIP?
G.I: Hay un problema muy grave en torno de la devolución del IVA. Ningún país exporta el IVA, por lo que hay un proceso de devolución de este impuesto. Sin embargo, esta semana, la AFIP empezó a notificar que va a rechazar todas las solicitudes de devolución del IVA, que suman un acumulado de 10.000 millones de pesos. Esto es capital de trabajo para comprar granos, por lo que genera un costo financiero fenomenal. Por eso decimos que la AFIP no está ayudando a que la cosecha gruesa sea comercializada.
P: ¿Cuánto es el salario promedio del trabajador en el sector aceitero? ¿Tuvieron el pedido de reabrir las paritarias?
G.I: Esta es una industria que atiende de una manera muy especial a los trabajadores y trabajadoras porque tenemos una paritaria que es la paritaria de referencia más alta de agroindustria argentina. Hoy un trabajador que inicia sus actividades en el complejo aceitero en la Argentina tiene un salario promedio de 200.000 pesos y nosotros ya anticipamos este año alrededor de 35 puntos, con lo cual nuestra revisión será a mitad de año.
Fuente: (Ámbito)