En Funes, la Reserva Ecológica San Jorge se estira a lo largo de 500 hectáreas. Un proyecto inmobiliario que pretende construir barrios cerrados en zona inundable compromete el territorio destinado para el embalse de la presa de retención de crecidas del arroyo Ludueña. Una Guardia Ambiental que lucha contra el lobby inmobiliario en una reversión contemporánea de David y Goliat.

– A partir de ir conociendo uno se da cuenta de que hay que protegerla. La mayoría de los vecinos no sabía que existía. A partir de estar ahí no te queda otra que involucrarte. Los funenses van y vienen por la autopista Rosario-Córdoba todos los días. Pasan por al lado y nadie sabe de su existencia. Para conocer realmente hay que caminarla, recorrerla. Si no, no se dimensiona su importancia-.

Andrea Piemonte, vecina de Funes, habla sobre la Reserva San Jorge, ubicada en la cuenca del arroyo Ludueña y delimitada por la autopista Rosario-Córdoba, la Ruta Nacional 33 que comunica Rosario con Pérez y un área rural a ambos lados del arroyo donde también hay un parque industrial. La superficie de la Reserva abarca 520 hectáreas en las cuales habita una biodiversidad enorme que pasa desapercibida para el ojo de quienes conducen absortos por la autopista a ciento veinte kilómetros por hora. Lo que no ven los humanos que pasan zumbando: un humedal pampeano con un área boscosa ´constituida fundamentalmente por casuarinas y otras gimnospermas, una hilera de fresnos plantados de manera uniforme en el borde del arroyo, lagunas interiores, espartillares y pastizales con fauna como biguá, garcita blanca, pecho colorado, caracoles del género Pomacea, tortugas de agua, entre otras´.

El puntapié fue una convocatoria de la Biblioteca Popular Susana Llera de Funes. Era época de campaña en 2021 y en la biblioteca hacían un acto con Carlos Del Frade como invitado. El bloque de Unidad Popular en el Concejo de Funes, y el propio Del Frade en la legislatura provincial, ya habían presentado sendos proyectos de ley en relación con la protección de la Reserva. Para el acto, invitaron puntualmente a algunas vecinas y vecinos que estaban interesados en el tema. Ese encuentro fue el germen de la Guardia Ambiental de Funes. “Fuimos a la reunión y en ese contexto nos encontramos. Ahí nos dimos cuenta de que ya nos conocíamos de otros lugares con algunas vecinas, compañeras de lo que después fue el grupo de la Guardia Ambiental”, recompone Andrea.

Una de esas personas que Andrea conocía previamente era Romina, maestra de su hijo. “Mi nombre es Romina Ciani, soy maestra de la ciudad de Funes en la escuela primaria pública N° 1.061. Siempre me interesó el tema ambiental. Viendo cómo estaba trabajando, Andrea me habló del espacio”. Romina vive en Funes desde hace doce años y al igual que muchos vecinos, no tenía idea de que existía tan cerca una Reserva semejante. “El común de los vecinos no la conoce. Estamos hablando de 500 hectáreas. Llegás y te impacta: no puede ser que esto esté a dos minutos de mi casa y no sabía nada”.

Romina aclara que si bien hoy el arroyo está muy seco, en aquel primer encuentro había mucha agua y mucha variedad de flora. Desde esa primera recorrida, empezaron a investigar, recaudaron material sobre la historia de la Reserva, fueron pensando cómo organizarse y qué podían hacer para dar a conocer el valor de este humedal pampeano. Mientras tanto, fueron hablando con concejales y con el Secretario de Medioambiente de la ciudad de Funes.

– El nombre de Guardia Ambiental fue para retomar movidas similares que se vienen haciendo en distintas localidades. Retomamos lo de guardia en el sentido de ser muchos, de tejer redes-, comenta Andrea. Inspiradas en la Guardia Ambiental de Lucio V López, desde la organización funense tienen un deseo: que haya una guardia ambiental en cada localidad.

Desde la primera convocatoria, se fue conformando un grupo que fue ganando autonomía y organización. Actualmente hay un número estable de ocho personas aunque en las reuniones semanales a veces son diez, a veces doce, a veces menos. Desde aquel tiempo a esta parte proyectaron y ejecutaron una gran cantidad de actividades bajo un mismo fin: habitar y defender el territorio. La estrategia de entrada fue difundir el tesoro haciendo que cada vez fuera más gente.

Un hilo común fue organizar múltiples recorridas por el lugar: Jornada para las infancias con acompañamiento de docentes; MonteEncuentro a cargo de Maxi Leo Xul recorriendo la Reserva, observando y reconociendo las plantas y árboles nativos; jornada con la artista sonora Florencia Ruiz Ferretti para activar el sentido del oído; actividad de mapeo colectivo, zonificación y registro, coordinada por la Bióloga Cecilia Reeves con la intención de cartografiar la Reserva y proponer soluciones comunitarias a los problemas socioambientales identificados; recorrida junto a integrantes de Reserva Natural Tachurí (Pérez) y del Club Huella Ecológica (Roldán) compartiendo experiencias comunes sobre los territorios.

Inspiradas en la Guardia Ambiental de Lucio V López, desde la organización funense tienen un deseo: que haya una guardia ambiental en cada localidad

Romina traza el recorrido inicial y marca la bisagra: “El objetivo nuestro es ponerlo en valor, hacerlo conocido, visibilizarlo y comprometer al Estado para que haga algo de mantenimiento y seguridad. Pusimos cartelería y se vandalizó, la quemaron, la rompieron. Vimos que faltaba Estado. Ese era el objetivo en 2021. Pero en 2022 cambió el rumbo porque empezamos a ver el proyecto inmobiliario”.

Tejes y manejes

´Llegó la obra contra inundaciones más esperada de los últimos tiempos´, anunciaba la voz en off del spot oficial de la provincia de Santa Fe cuando aún era gobernada por el socialismo. El Aliviador III es anunciado por la voz grave del locutor que es acompañada de una música de épica cinematográfica. Las imágenes que muestra el vuelo del dron también alimentan el espíritu de estreno a todas luces. ´Con capacidad para desagotar 60.000 litros de agua por segundo, viene a evitar las fuertes crecidas del arroyo Ludueña. Más de dos kilómetros de túnel de hormigón de cinco metros de diámetro doce metros bajo tierra. Una obra que no se ve pero que viene a cambiar la historia´.

Según datos oficiales, en la cuenca del Arroyo Ludueña existen nueve poblaciones y varios sectores rurales pertenecientes a otros distritos que en conjunto superan al millón de habitantes. Por eso, anunciaban que ´debido a la extensión de la obra y la población beneficiada, el Aliviador III se constituía como el proyecto más ambicioso de protección contra inundaciones en Rosario´.

En el emprendimiento que lleva como nombre comercial Estancia Deportiva Damfield actualmente funciona un complejo deportivo y se proyecta la construcción de dos barrios cerrados. El predio de 70 hectáreas –del cual el ex jugador Maximiliano Rodríguez es el principal accionista- está ubicado dentro del vaso de contención de la presa retardataria de las aguas del arroyo Ludueña. El proyecto urbanístico, que se presenta como el último eslabón del mega proyecto residencial y deportivo ubicado en Funes frente a Kentucky, prevé 273 lotes de 800 metros cuadrados cada uno.

´El barrio cuenta con todos los servicios y una amplia variedad de amenities de uso común. Desde canchas para futbol, rugby y hockey hasta un lago para desarrollo de deportes de verano. Además un gimnasio de más de 1000 m2, 9has de bosque, huerta orgánica y restaurante´. Esta es la descripción de la venta de los lotes que aparece en internet a un precio de 126.000 dólares.

En noviembre del año pasado, el diputado provincial Carlos Del Frade presentó en la legislatura un pedido de informes acerca de si existe o no un estudio de impacto ambiental sobre lo que significa sumar tierras a la “laguna” de la represa del Ludueña, si ese informe ambiental fue puesto en conocimiento de las poblaciones de la cuenca, si se tuvo en cuenta el informe del estudio de la UNR (ver más adelante), y cuáles fueron las agencias del estado santafesino que autorizaron este proyecto de urbanización y sus motivos.

Andrea Piemonte aclara que Damfield estaba desde antes de que se empezara a armar la Guardia Ambiental. Sin embargo, la novedad es que al predio deportivo le pretenden sumar el sector de viviendas con dos barrios privados: uno llevaría el nombre de Damfield y el otro se llamaría, valga la ironía, La Reserva.

Inicialmente, los terrenos que abarca la Reserva San Jorge eran propiedad de Angelomé. Pero en 1995 el Estado provincial le expropió una parte que son las 500 hectáreas que pasaron a formar parte de la Reserva. Dentro de los terrenos que no le expropiaron, se construyó la estancia deportiva de Damfield. Una de las cuestiones más opacas actualmente es que no hay certeza de que el predio sobre el cual se proyecta el emprendimiento urbanístico no pertenezca a la Reserva. Por eso, lxs vecinxs de Funes vienen pidiendo que les muestren los planos. Es un pedido que también hizo el Taller Ecologista de Rosario y el propio diputado Del Frade. En su pedido de informes lo deja expresado: ´Solicitar a la oficina de Catastro información y ubicación detallada de las tierras expropiadas oportunamente para ser afectadas por la obra de la presa retardataria, la titularidad de esos terrenos y cuáles fueron las modificaciones del uso de esas tierras a partir de la expropiación dentro del mencionado mapa para R: 100 años.

“Nos dicen que supuestamente Angelomé vendió sus terrenos privados y no lo que es la Reserva, pero nadie muestra el plano, nadie dice hasta acá llega la reserva y hasta acá el privado. Y estamos viendo que las topadoras están arrasando. No sabemos cuál es la línea, cuál es el límite”, dice Romina Ciani, y agrega: “No está blanqueado. Sospechamos que han tomado parte de la Reserva. Lo ideal sería que nos muestren y nos digan no pasa nada, se vendió esto que no es Reserva y es del privado. El tema es que al no mostrarlo…”, suspende el remate Romina.

En un primer momento tuvieron una reunión con el Secretario de Medioambiente local y en ese encuentro el funcionario se excusó diciendo que él no manejaba el tema de los planos y que eso estaba en la ciudad de Santa Fe, pero que iba a tratar de “moverse” y que se comprometía a volver a reunirse con esos documentos. El tema es que no volvió a darles cita para una nueva reunión y de eso ya pasó más de un año. “La respuesta es el silencio, no responden”, afirma Romina, mientras cuenta que al entrar a la Reserva se puede ver la tierra lisa, arrasada. “Arrasaron con todo lo que había. Se lo ve claramente desde la autopista”. Romina pone el foco en una secuencia: el año pasado, justo después de que salió el proyecto de los barrios privados, hubo un incendio y se quemó gran parte de las hectáreas de la reserva. Ellxs se enteraron por un vecino que fue y sacó fotos. “Es parte de la estrategia que se usa en las islas: se queman las hectáreas y después las venden o las empiezan a trabajar”.

El único concejal de Funes que viene levantando la voz para exigir la prohibición de las obras es Mauro Míguez, de Unidad Popular. El resto de lxs representantes del poder legislativo, avala el proyecto por acción u omisión. Romina no duda en que “están infringiendo normativa” y en que “no deberían estar haciendo esto”. Pero tampoco desconoce la desigual relación de fuerzas. “El problema es que es David y Goliat. Tengo miedo de que cuando nos volvamos a reunir hayan cerrado todo y hayan loteado”. Andrea suma que entre octubre y noviembre del año pasado recibieron imágenes de que habían limpiado todo el terreno. “Cuando digo limpiado es pasar con las máquinas y arrasar con todo. No está muy en claro si ya avanzaron o no sobre el terreno de la Reserva pero están jugando al límite. Tendría que estar claro qué fue lo que se expropió, qué se delimitó como Reserva, por qué después de tantos años no hay un plan de manejo”. Por las dudas deja en claro que el hecho de que desde el ejecutivo no se haya hecho nada para preservar la Reserva no es por una cuestión de presupuesto. Cita el caso del Bosque de los Constituyentes, en donde no fue necesaria demasiada infraestructura. “No necesitás poner más que una garita, un baño y una o dos personas. No es por cuestión de dinero. El tema es que hay intereses inmobiliarios”.

Qué culpa tiene el agua

Con fecha del 8 de noviembre de 2022, se publicó el informe del Centro Universitario Rosario de Investigaciones Hidroambientales y Departamento de Hidráulica (Escuela de Ingeniería Civil), de la Facultad de Ciencias Exactas, Ingeniería y Agrimensura de la UNR. En la publicación contextualizan los motivos de la investigación. ´A partir que ha tomado estado público el posible asentamiento de viviendas residenciales permanentes dentro del territorio que originalmente se encontraba destinado para el embalse de la presa de retención de crecidas del arroyo Ludueña, y considerando además que desde el Departamento de Hidráulica (DH) y el CURIHAM (FCEIA-UNR) hemos aportado en el proyecto, construcción, mantenimiento y seguimiento de esta obra de atenuación de crecidas, decidimos elaborar y difundir el siguiente informe´.

En los considerando del estudio remarcan la gravedad del asunto: ´No se trata solamente de una zona con amenaza de inundación sino de un territorio afectado a un embalse, destinado al almacenamiento temporario y lento drenaje para atenuación de crecidas, donde los procesos hidroambientales son mucho más complejos que en una zona ribereña con amenaza que puede ser ocupada temporalmente por las aguas´.

El predio de 70 hectáreas está ubicado dentro del vaso de contención de la presa retardataria de las aguas del arroyo Ludueña. El proyecto urbanístico prevé 273 lotes de 800 metros cuadrados cada uno

Los distritos comprendidos por este sistema hídrico -el área tributaria de la cuenca completa del arroyo Ludueña es de 740 km2- son: Granadero Baigorria, Capitán Bermúdez, Ibarlucea, Ricardone, Funes, Roldán, Pujato, Zavalla, Perez, Soldini y Rosario. En el informe se detallan algunos indicadores en relación con el grado de transformación que ha sufrido la cuenca a través de los años y la actividad humana. ´A partir de la década de 1940, se evidencian eventos de inundaciones de distintas gravedades y en distintas zonas de la cuenca, resultando aquellos con mayor impacto sobre la población en las zonas urbanas y periurbanas en los distritos de Funes y Rosario´. Las inundaciones estuvieron motivadas en menor medida por factores hidrometerológicos asociados a una multiplicidad de acciones antrópicas: ´cambios en los usos de los suelos rurales con cambios de prácticas agropecuarias con cultivos variados a monocultivos (soja) y sustitución de tierras de usos ganaderos a usos agrícolas; proliferación de cuneteos y canalizaciones no planificadas y/o clandestinas; drenaje de bajos naturales; urbanización y consiguiente impermeabilización de superficie urbanas y periurbanas (usos residenciales e industriales) de localidades de la cuenca´.

En el dictamen de la investigación constatan, por un lado, que ha aumentado notablemente la demanda de capacidad de conducción de escurrimiento pluvial en la zona del distrito Rosario debido a cambios antrópicos en la cuenca: en 70 años los caudales máximos se multiplicaron alrededor de 7 veces. Por otro lado, destacan la crecida de diciembre de 2012 por la cual quedó inundada  la zona del predio donde se proyectan las viviendas.

Todos los aportes del estudio de la UNR se dirigen hacia la fundamentación de la prohibición total de los asentamientos permanentes en esta zona. Algunos puntos que justifican esta posición tienen que ver con que pone en riesgo ´la funcionalidad y seguridad de la presa; la seguridad de los habitantes del territorio tanto aguas arriba como aguas debajo de la presa y la preservación de la calidad hidroambiental del territorio´.

Hecha la trampa

Como en muchos otros casos, en esta historia no falta normativa ni legislación vigente:

En 1994, por ley 11.119, la provincia autoriza a Funes a expropiar terrenos linderos al Ludueña para destinarlos a la preservación del ambiente; en el artículo 1 se encuentra la delimitación de terrenos a expropiar, los cuales debían destinarse a la creación de un parque industrial y otro recreativo dispuesto por ordenanza municipal en 1993.

En 1995, mediante la ley 11.282, Funes y la provincia firman un convenio para preservar el ambiente de la cuenca del Ludueña, en el marco del Programa para el Desarrollo y Mejoramiento del Medio Ambiente Cuenca Arroyo Ludueña Distrito Funes. Ese Programa se declaró de interés provincial.

En 2008, una ordenanza de Funes declara de interés crear un parque público en 300 metros al Oeste de la margen del arroyo, entre Ruta 9 y Autopista (aguas abajo de la presa), para lo cual se debía expropiar una serie de inmuebles.

En 2015, mediante otra ordenanza municipal se crea un área protegida en la Laguna de los Patos, que debía reglamentarse elaborando un plan de manejo.

En 2021, el Concejo Deliberante de Funes declara de interés preservar y cuidar el área de la Reserva San Jorge.

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Romina tiene a cargo el primer ciclo de la escuela primaria. Desde su lugar, aborda pedagógicamente la temática ambiental. En una de las recorridas que hicieron por la Reserva, recolectaron material “que deja la naturaleza” para trabajar en el aula. “Para mí no hay otra forma de trabajo: hacerlo con el medio ambiente que hay, con la flora y la fauna de tu ciudad. Es la forma en que el niño tiene ganas de trabajar y se compromete con el estudio. El manual ya no va más”. Romina cuenta que también se fueron enganchando las familias, que estaban comprometidas y contentas investigando a la par de los niños. “Es un aprendizaje constante, aprende al niño, el adulto, la escuela. Se vinculan de otra forma con la naturaleza, empiezan a entender lo que los rodea”.

Andrea se refiere al fin de un modelo, aquel que multiplica su riqueza en base a la extracción permanente: una suerte de acumulación hasta agotar stock. “Uno ya no entiende para qué construir y construir. Es un modo de vida que no da para más. No nos damos cuenta como sociedad de que con los actos que hacemos cotidianamente nos estamos hundiendo a nosotros mismos. Uno no quiere caer en la visión colapsista pero el panorama no nos deja pensar porque falta mucha humanidad”.

El diagnóstico fatalista, muchas veces, puede resultar paralizante; en este caso, le da paso a la acción. Dentro de la oscuridad, un resquicio deja entrar la luz: “Terminamos el año con un festival en la biblioteca mostrando todo el recorrido que fuimos haciendo. Fue increíble la convocatoria”. El Festival lo organizaron junto con la Biblioteca Susana Llera y con el Taller Ecologista que durante el encuentro presentó un video sobre la Reserva San Jorge. También hubo feriantes y desde la Guardia Ambiental mostraron los mapas que resultaron del proceso de cartografía. “Se llenó de gente, para nosotros fue hermosísimo y fue una devolución de la importancia al trabajo que veníamos haciendo. Le dio un sentido y le puso un broche a ese trabajo”, comenta Andrea.

Para Romina el objetivo de la Guardia es hacer el mayor ruido posible. “En Funes, al ciudadano que le contás, apoya la situación. Tratamos de visibilizarlo: pasamos de un montón de vecinos que no conocían la Reserva a que ya mucha gente se está dando cuenta y está entendiendo lo que tenemos ahí cerquita”.

Fuente: (enREDando)

Fotos: (Julieta Ameglio)

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