El nombre de Juan Carlos “El Negro” Sánchez sintetiza historias militantes en el Oeste de Quilmes, en Solano. Historias de vida, de amor, de luchas y conquistas colectivas de derechos.
Desde fines de los ’80 y todavía bajo la dictadura genocida que a sangre y fuego impuso políticas económicas liberales y antipopulares. En Quilmes de la mano de una iglesia con la impronta de Jorge Novak, el padre Raúl Berardo y las Comunidades Eclesiales de Base, hubo resistencia de nuestro pueblo. Y Juan Carlos fue un protagonista de esa resistencia.
Los asentamientos en la zona de El Tala, San Martin, Santa Lucía y los aledaños, se convirtieron en la forma en que familias pobres llegadas desde el interior de nuestro país y desde países hermanos de la patria grande pudieran garantizarse el acceso al hábitat, a un pedazo de tierra para construirse un techo, para poder planificar su vida.
Tal y como lo garantiza nuestra constitución.
En ese marco Juan Carlos fue un puntal para la organización comunitaria de los asentamientos. Su militancia creció al calor de esos procesos dolorosos y consecuentes de lucha. Con la democracia, llegaría el concejo de tierra y asentamientos donde el Negro se involucró de lleno hasta conquista de la ordenanza 8289/98 que sancionara este cuerpo en 1989, Un verdadero logro de la lucha y con una fuerte impronta popular El Negro junto a muchos militantes de base y con intermediación del obispado lograron la aprobación de la ordenanza 8289 que establecía un órgano de aplicación “el consejo comunitario de tierra y vivienda” integrado por organizaciones de la sociedad civil y entes gubernamentales, la creación de un banco de datos de tierras, y la afectación de una partida presupuestaria municipal destinada a la construcción de viviendas y redes de servicios en los barrios populares. Una Normativa de vanguardia para la época que instalo a la problemática habitacional en Quilmes como un derecho y la participación popular en las decisiones de gobierno como un camino seguro al fortalecimiento democrático . El Negro Sánchez fue protagonista de esos procesos junto a otros y otras. Por supuesto, también junto a nuestro recordado Agustín Ramírez. Logrando instalar y visibilizar la problemática del déficit habitacional tanto en lo local como en lo provincial lo que daría como resultado la declaración de la emergencia habitacional y creación de la subsecretaria de tierras y urbanismo.
Dedico su vida a la militancia social de base Siendo un precursor en la creación de políticas públicas y normativas inspiradas y creadas desde la participación activa de las organizaciones populares. En el territorio. No solo fue un gran promotor de la creación de organizaciones de base sino que fue in inspirador a que esas organizaciones sean protagonistas en el fortalecimiento de un estado garante y protector. Hechos históricos como la creación participativa de la “Ley provincial de presupuesto para las leyes de expropiación de villas y asentamientos” producto del primer Parlamento por nuestra tierra. Realizado en el recinto de la HCD de la Provincia de Buenos Aires donde representantes de diferentes asentamientos debatieron la formulación de dicha norma.
A partir de toda esa experiencia, Sánchez integró la comisión redactora de la Ley provincial del Acceso al Hábitat 14.449. Otra conquista en tiempos adversos ( fue sancionada en el 2012 y promulgada en el 2013). No era fácil, ya no estaban los militares pero había convertibilidad que castiga la economía del pueblo. Aun así, desde lo legal y en base a la organización se conquistaron avances populares, saltos normativos que garantizan derechos.
En esos días de los ´90, también estaba de moda, como quieren imponer ahora, eso de achicar el estado a su más mínima expresión. Desde lo económico había una dolarización encubierta, la convertibilidad de Domingo Cavallo que mediante discursos nuevos que prometían primer mundo, servían para garantizarle las ganancias y la rentabilidad a unos pocos, dejando hambre y la desocupación a las mayorías.
Para regalar las empresas públicas y privatizarlas, para que el pueblo pierda soberanía; para que las decisiones se tomen en otros lados, siguiendo el consenso neoliberal y globalizador. Ese modelo que estallaría en la crisis de fines del 2001 y la sangrienta caída del gobierno de la primera alianza, aquel de Fernando De la Rúa.
Por ese entonces, Juan Carlos ya había concretado la conformación de la Federación de Tierra y Vivienda y de la CTA de Solano, construyendo en la central y en la FTV bajo la consigna de aquella época de que “La fábrica es el barrio”. Fomentando la identidad de trabajadores entre la gran cantidad de desocupados y desocupados que crecía drásticamente en los sectores populares.
En tanto, el país de la mano de Néstor Kirchner y su firme decisión de gobernar en favor del pueblo, empezaba tras las elecciones de 2003 a salir del infierno, recuperaba su orgullo y volvía a poder decidir su destino. La situación en los barrios empezaría a mejorar en favor de las condiciones dignas de vida de quienes los habitan.
En los últimos años, el Negro junto a su familia se habían instalado en La Paz, Entre Ríos. En poco tiempo hizo crecer una gran organización allá también. Desde la UTEP y el Frente Barrial Pocho Lepratti, siempre por la agenda de los de abajo, siempre en la pelea por Tierra, Techo y Trabajo, derechos básicos no garantizados que empuja entre otros el enorme Papa Francisco.
Juan Carlos Sánchez dejó una huella inborrable. Fue maestro para militantes más jóvenes, mujeres y hombres que continúan con su legado. Que lo recordarán. Que seguirán la pelea del día a día en su homenaje.
Ejemplo de militancia coherente, desde el barrio, desde la organización comunitaria que sirve para resolver problemas concretos, para mejorar vidas, desde las convicciones, con amor por el otro. Construyendo esperanza. Nos enseñó siempre que, si en el barrio somos parte de los problemas, necesariamente debemos ser parte de las soluciones. El Negro Juan Carlos fue un precursor en el cambio de paradigma de las luchas populares por el hábitat digno, en la ampliación del Estado que considere a este como un derecho fundamental, sembró la semilla de la participación popular activa en el diseño e implementación de políticas públicas tendientes a crear condiciones dignas de vida para todos y todas.
Hasta la victoria siempre, Juan Carlos Sánchez Presente!