Comenzó a tomar fuerza en los últimos días las versiones que hablan de un posible acuerdo alcanzado entre el actual diputado nacional y ex ministro de Interior del macrismo, con el dos veces intendente de La Paz, José Francisco Nogueira (PJ), para el armado político que planifica ese sector de JxC rumbo 2023. Pero como si esos rumores no alcanzaran para patear un tablero en ese distrito electoral, el quinto más importante en caudal de votos, ahora también se especula con las intenciones de cerrar con Dani Rossi. Es que según indican en las filas de Frigerio, las intenciones de llegar al gobierno provincial son incontenibles y para tal fin dicen, “vamos por todo”.
Respecto del posible acuerdo para sumar al médico pediatra, Director del Materno Infantil de Santa Elena en la actualidad, aseguran que se trataría de un trabajo grácil de reuniones y llamados telefónicos del equipo de campaña y del propio Rogelio Frigerio.
Con Nogueira y con Rossi, además del liderazgo alcanzado por el actual intendente paceño Bruno Sarubi en todo el territorio departamental, le garantizaría a JxC, no solo ampliar las diferencias que les vienen mostrando todas las mediciones encaradas en ese terreno, sino también, “bajarle” dos piezas estratégicas con pisos asegurados de votos, del tablero eleccionario.
Tanto Rossi como Nogueira vienen siendo críticos de la estructura partidaria del justicialismo y la inexistencia de convocatorias al debate y la construcción. Mucho más Rossi, quien se encuentra gobernando por quinta vez su localidad y cuenta con una aceptación popular que supera el 62% con unos puntos más a la hora de medir la intención de votos.
El dirigente santaelenense viene llevando la voz cantante sobre lo imprescindible de volver a las elecciones dentro del partido, en la que participen todos los sectores que integran el peronismo y terminar con los que entran por la ventana a ocupar lugares en las listas sin tener ni un solo voto.
Recordemos que Rossi se tuvo que inventar un partido vecinal y salir a caminar las calles, en un estilo de militancia que siempre lo favoreció, “el cara a cara” con la gente y una boleta más cortita que un boleto de colectivo, enfrentando a toda la estructura local y provincial. Así logró imponerse y desde allí se atreve a criticar todo lo que el peronismo aún sigue repitiendo como errores y a los que, hasta ahora, parece no estar interesado en reparar.
No es un dato menor, decir que, tanto La Paz como Santa Elena, no tienen representación significativa en primeras líneas del gobierno provincial y los movimientos de fichas tardíos que acostumbra el bordetismo, tampoco pareciera contemplarlos en lo que queda de esta gestión. De los pocos que ocupan cargos ejecutivos o manejan alguna posibilidad de acción real, no se sabe nada o no logran impactar con sus políticas en aquel departamento.
Con respecto a Nogueira, hay que decir que mantiene un perfil mucho más bajo, pero sin embrago cada vez que se siente su nombre en el escenario político, se pueden abrir infinidades de posibilidades. Desde un armado local, (al estilo Rossi) prescindiendo de las estructuras; o un armado de alianzas para atraer a sectores alejados de un peronismo que hace tiempo dejó de enamorar a propios y extraños en aquellos rincones, por su capacidad de consenso que nadie está sabiendo explotar.
Nogueira, al igual que nombres como los de José Carlos Aimone, el propio Emilio Castrillón y Aldo Ballestena, son esas piezas necesarias para garantizar la vuelta del PJ a la esquina de Moreno y Echagüe en la ciudad cabecera. Los pocos que intentaron una proyección y la posibilidad de crear poder de convocatoria genuina, lo hicieron porque fueron propuestos por estas figuras y aun así no lograron alcanzar vuelo propio o no supieron construirlo.
Actualmente se puede estar dando un lento proceso de formación de nuevos referentes justicialistas en sectores periféricos de la ciudad de La Paz, es decir, por fuera y alejado de la estructura, en soledad, o con alguna articulación nacional, pero nada que parezca importarle ni al partido peronista entrerriano, ni a los armadores que solo llegan uno meses antes de una elecciones a cumplir mandados para después cobrarlos muy bien y muchas veces terminan siendo parte de la enfermedad hasta llevarla a estado crítico, que es como se encuentra actualmente el PJ en el departamento La Paz.
Existen y siempre existieron, prácticas excluyentes de dirigentes en los armados políticos, algunas con mayor o menor ingeniería, otras veces como iniciativa de algún versado de laboratorio, otras con la suficiente «mala leche» como para jubilar a determinados dirigentes a los que pereciera, se les baja el telón o se los busca solo cuando conviene a ciertos intereses que suelen ser muy mezquinos. La práctica de abrazar sueños colectivos con los y las que piensan como vos y con los y las que no, se hace con quienes te gustan un poco más, o un poco menos. Pareciera haber quedado en el olvido esa, siempre difícil pero no menos benefactora tarea. Incluso, desde quién sabe qué lumbrera, se promueve la no tolerancia al debate, aun cuando quienes lo están proponiendo, son dirigentes que nunca tuvieron ningún problema en exponer sus humanidades a una elección, que saben deperderlas y ganarlas, que están lo suficientemente experimentados como para que cuando se proponen abrir debates pendientes, por lo menos se les preste algo de atención.
Toda esta lectura la sabe hacer muy bien Rogelio Frigerio y no se queda quieto, avanza, utilizando las mismas armas que también han utilizado los armadores políticos de Bordet como Edgardo Kueider a la hora de garantizarse votos que lo sostengan en el poder provincial, aun cuando esto costara la entregar de algunos municipios, o salir en busca de quebrar algún referente de la alianza Cambiemos, que recordemos, también cuenta con peronistas, además de radicales, macristas y otros.
Nogueira habría escuchado, sin responder o definir nada. ¿Qué habría resonado en su entorno íntimo? Que fue Frigerio quien lo buscó primero y no sus compas. Historias como estas, con un Frigerio en modo campaña, son constantes, existen en todo el territorio provincia. Algunas se filtran, logran trascender y las mayorías de esas conversaciones quedan en lejanas alegorías.
José Nogueira – ¿posible armador de Rogelio en el norte entrerriano?
Nogueira marcó su nombre en la historia política del norte entrerriano luego de haberse hecho cargo de la intendencia de La Paz al fallecer el ex intendente Eduardo Golly (PJ), a quien acompañaba en la lista como su vice, en tiempos en que ese cargo solo era testimonial. Nogueira decide asumir a fines del 2001 y hacerse cargo del ejecutivo en plena ebullición de la crisis económica y política que aún sacudía a todo el país.
La capacidad de consenso de “Joselo” (tal como se lo conoce en su localidad), con distintos sectores de la comunidad y su visión de apertura institucional, lo llevaron a completar aquella gestión de manera ordenada e incluso concretando algunas pocas obras estratégicas y ganarse la aceptación popular suficiente como para proyectar a su hermana, Lidia Nogueira a la intendencia.
En aquel momento, Joselo Nogueira había sido expulsado del Partido Justicialista por haberse jugado por la propuesta denominada “Nuevo Espacio”, fuerza política impulsada por Emilio Martínez Garbino y Luís Leissa entre otros, quienes le propusieron al dirigente paceño conformar la lista en las elecciones generales del 2003 como candidato a senador provincial y Vicegobernador. El “Nuevo Espacio”, alianza entre sectores vecinalistas, justicialistas y radicales; se ubicó como tercera fuerza en todo el territorio, pero Nogueira no llegó a ocupar ningún cargo en una campaña que les alcanzó para conseguir conducir dos intendencia, la de Gualeguaychú con Daniel Irogoyen (PJ) y la de La Paz con Lidia Nogueira (PJ), además de algunos legisladores provinciales y hasta un legislador nacional como fue el caso de Lucio Godoy (UCR)
Luego de cuatro años y con marcadas diferencias entre hermanos que se hicieron públicas desde un primer momento. Recordemos, una era intendenta y el otro volvió a su consultorio pediátrico, es cuando Joselo decidió armar un equipo político propio retomando las filas del un PJ (Frente para la Victoria), que le abría nuevamente las puertas para poder así postularse en 2007 ganando de manera contundente y asumiendo el ejecutivo, pero esta vez a través de un voto que le pertenecía directamente a él. Así transcurrió la primera administración desde 2007 hasta el 2011 convirtiéndose en el primer intendente de la ciudad electo de manera consecutiva, cumpliendo su segundo mandato en 2015.
Con la imposibilidad de repetir, según las reformas de la ley electoral para mandatos de intendentes y vice-intendentes que impulsara en aquellos tiempos por Sergio Urribarri, como gobernador de la provincia. Participa con su fórmula conformada por Carlos Bilbao y Carlos Camarata, dos de sus referentes. El primero fue su director de deportes en la primera gestión y su vice-intendente en la segunda. Camarata había cumplido funciones como Director de Deportes durante el último mandato de Nogueira en la intendencia.
El peronismo comienza su debacle inacabable a partir de aquel 2015, surgiendo un muy joven dirigente que emergió de la juventud radical y que ya acumulaba algunos triunfos importantes en elecciones partidarias, primeramente como presidente de la JR y más tarde como presidente del Comité Ciudad. Hablamos de Bruno Sarubi, quien logró terminar con una hegemonía justicialista en La Paz que se había instalado en el municipio desde “la renovación peronista” a comienzo de los 90.
Sarubi gobierna hasta hoy en La Paz y también llegó a marcar historia, cumpliendo con el título de intendente electo de manera consecutiva en ese distrito. Culminará su mandato en 2023 y se encuentra abocado a que su espacio político sea el que se imponga en las próximas elecciones tal como ya lo demostró en las legislativas pasadas.