(Sucedió en La Paz) – Leo una publicación y me detengo. Una maestra jardinera se siente triste. En los días previos, estuvieron preparando las Salas de Jardín y hoy al llegar a la Escuela 109 se encuentran con destrozos y policías.

Por Ramón Belén López
Me comunico a la siesta con Pamela, la Seño de jardín. Me comenta que necesitan colocar la reja (la descalzaron y doblaron) y poner una cerradura en la puerta. Para el interior “necesitamos pintura, canastos para los rincones y juguetes para los niños”. Le consulto cuando comienzan y me dice “el lunes próximo” (faltan 3 días). Le prometo que, como parte de esta ciudadanía, la vamos a acompañar.
Mañana a la mañana, nos daremos una vuelta por esa querida escuela del Barrio Puerto Márquez. Aunque de bronca, sé que la gente del barrio es muy buena, los conozco muy bien. Unos pocos vándalos destruyendo una escuela, no debe opacar lo mejor que tiene el barrio y que es su gente.

Por último, invito a quienes puedan aportar, que lo hagan directamente en la escuela, para que todo sea transparente y llegue a las manos de los directivos y si no se puede desde lo económico, acompañar a esos maestros y maestras en su encomiable labor diaria.
A veces una palabra de aliento o un abrazo, renuevan las esperanzas de seguir luchando a pesar de las adversidades.

La educación es lo que nos permitirá crecer como sociedad. Es tiempo de involucrarnos. Es tiempo de hacerle sentir a la Seño Pamela… que nos está sola.
En relación a lo sucedido:

