Según investigaciones periodísticas, Milei “copió párrafos” de trabajos de diferentes economistas argentinos y chilenos; el vocero presidencial, Manuel Adorni, lo desmintió ayer: “todo está enmarcado en la ley de propiedad intelectual”

Por Daniel Gigena

Finalmente, esta noche, en el Luna Park, el Presidente llevará a cabo la presentación de su nuevo libro, Capitalismo, socialismo y la trampa neoclásica (Planeta), que ya lleva diez mil ejemplares impresos. En el estadio, la editorial montará tres puntos de venta del libro, que también recibió acusaciones periodísticas de plagio en la revista Noticias, némesis de Javier Milei.

La investigación del periodista Tomás Rodríguez denuncia que Milei copió (sin citar) párrafos enteros de los economistas chilenos Verónica Mies y Raimundo Soto, profesores asociados de la Pontificia Universidad Católica de Chile, y del investigador del Conicet Fernando Toledo. El libro de Milei no incluye bibliografía consultada ni notas al pie. Desde Planeta informaron que no recibieron denuncias de los autores o las editoriales.

Toledo, egresado de la Facultad de Ciencias Económicas y magíster en Economía, dijo que no haría declaraciones al respecto, aunque admitió que “el sentido del plagio” era correcto y que no se había tergiversado su trabajo. Los economistas chilenos hasta el momento no respondieron las consultas de LA NACION.

En su conferencia de prensa de ayer, el vocero Manuel Adorni negó que el Presidente hubiera plagiado. “No hay ningún tipo de plagios, todo está enmarcado en la ley de propiedad intelectual”, respondió a la periodista Silvia Mercado.

Es el viejo y clásico plagio de Milei, copiar párrafos enteros de distintos autores, sin citarlos -dice a LA NACION el periodista Juan Luis González, autor de la biografía no autorizada El loco, que acaba de lanzarse en España, y salió por el sello Planeta en 2023-. En Pandenomics había decenas de páginas plagiadas, en el nuevo libro hay párrafos y párrafos, más de doce páginas en total; ambos son trabajos de Rodríguez. Milei ‘roba’ de tres lugares distintos: la página Studocu, que es como un Rincón del Vago estadounidense; a dos economistas chilenos, Verónica Mies y Raimundo Soto [se refiere al libro Demanda de dinero: Evidencia y resultados], a quienes ‘roba’ decenas de párrafo, y al investigador del Conicet Fernando Toledo [un ensayo incluido en Teorías económicas sobre el mercado de trabajo 2: Neoclásicos y nuevos keynesianos]”, concluye González, que trabaja conjuntamente con Rodríguez, quien no recurrió a nuevas herramientas de inteligencia artificial para dar con los fragmentos copiados, sino que buscó en Google, párrafo por párrafo.

Sobre las explicaciones de Adorni, González dice que el vocero presidencial mintió. “Dijo que a nosotros nos negó que eso fuera cierto, pero no fue así: nos dijo que iba a consultar y nos dejó de contestar. El plagio es algo fácil de verificar y es un delito tipificado en el Código Penal”, concluye González que comparte catálogo en la misma editorial con el Presidente.

El único autor que inició acciones legales contra el Presidente fue el científico mexicano Salvador Galindo Uribarri, plagiado en Pandenomics, que falleció a mediados de 2023.

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