La inflación interanual trepó al 83% en septiembre, cubrir las necesidades básicas cada vez cuesta más. La suba de precios erosiona el poder de compra de los ingresos populares, y también modifica comportamientos. Un informe de Scentia remarca que el consumo en los pequeños negocios de cercanía se desplomó en septiembre, beneficiando a las grandes cadenas de supermercados.

Todo sube. Los servicios básicos, prepagas, naftas, la ropa se volvió un lujo, y alquilar es imposible. Sin medidas por parte del Gobierno para combatir verdaderamente la inflación, vuelven a relanzar distintos acuerdos de precios. Aun sabiendo que estos parches no funcionan.

En lo que va del año los Alimentos y Bebidas no alcohólicas registraron una suba interanual de 86,6 %, por encima del promedio general. El poder de compra de los salarios sigue perdiendo frente a la inflación. Los últimos datos del Indec sostienen que los salarios aumentaron 5,5 % mensual en julio y un 68,7 % interanual. Mientras que los precios lo hicieron un 7,4 % en igual mes y un 71 % interanual en el mismo periodo. Esta dinámica se mantiene, los salarios siguen perdiendo poder de compra.

En este contexto, un informe de la consultora Scentia señala que el consumo masivo tuvo una contracción interanual en septiembre del 0,8%. Se trata de la primera baja en 16 meses, no vista desde junio de 2021.

El mismo informe se muestra que el consumo en los comercios de barrio o cercanía se desplomó en septiembre. La contracara fue un fuerte crecimientos en los súper o hipermercados. “Dado que los Supermercados mantienen su tendencia positiva con una variación de +6% (aun comparándose con una base positiva similar a este número), mientras que los negocios de barrio mantienen un desempeño a la baja de -6,6% frente al mismo mes de 2021, comparándose con una base que ya comenzaba a ser algo negativa” se lee.

Esta migración refleja los intentos de las familias por ganarle a la inflación, buscando comprar en aquellos lugares que ofrezcan “ofertas” que permitan sumar algún producto más al changuito. Al respecto el director de Scentia, Osvaldo Del Río, sostuvo: “La explicación a esta situación tan diferente vamos a encontrarla, en gran medida, en el gap de precios que se agranda mes a mes”, señaló quien aclaró que esta diferencia de precios no solo se refleja en los productos alcanzados por los programas del Gobierno, sino que es “en casi todo”.

Al analizar la dinámica por canastas de productos la brecha entre grandes cadenas y almacenes independientes se mantiene, en desmedro de estos últimos. En productos alimenticios se registró una suba de 9,3 % interanual en septiembre en supermercados frente a un desplome de 7,7 % en pequeños comercios.

Días atrás se conocieron las condiciones incluidas en la renovación del programa Precios Cuidados, que pasa de una canasta de 1200 producto a 450. Los aumentos autorizados para los productos que están dentro del programa son de 3,3 % para octubre y 12% en total hasta el 7 de enero. Se trata de productos que sólo se encuentran en las grandes cadenas de supermercados.

El Gobierno nacional habla en contra de los “grandes formadores de precios” pero es incapaz de tocar o afectar el control monopólico que ejercen ciertas empresas en varias ramas alimenticias, remarcando precios para mantener su margen de ganancias. Las recientes multas aplicadas a algunas de estas empresas son mínimas comparadas con las millonarias ganancias. Impulsar el control de precios entre trabajadores y usuarios es clave para frenar esta maniobras. Pero la inflación es un fenómeno complejo, se necesitan medidas como el monopolio estatal del comercio exterior y la nacionalización de la banca para evitar la fuga de divisas y a los especuladores que piden una devaluación mayor, entre otros.

Fuente: (La Izquierda Diario)

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