En una reunión tensa que se extendió por casi dos horas, el presidente Alberto Fernández y la vice Cristina Kirchner se reunieron a la tarde en la residencia de Olivos para apuntalar la marcha del Gobierno. En ese marco, resolvieron avanzar con el encarecimiento del dólar turista y desacelerar el cumplimiento de las metas del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), uno de los puntos de máxima controversia en el Frente de Todos.
A diferencia del último encuentro, el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa estuvo ausente durante el diálogo. Los temas de conversación giraron acerca del balance de los primeros días de gestión de la ministra de Economía, Silvina Batakis, y los próximos pasos en materia económica.
El intercambio arrojó como definición el anuncio de una de las medidas de las últimas horas: el aumento de 10 puntos porcentuales del Impuesto a las Ganancias y Bienes Personales a los gastos realizados con moneda extranjera, que actualizó la alícuota de esa percepción impositiva del 35 al 45 por ciento, lo que deja al dólar “turista” con un precio de $236 a partir de este jueves.
La dupla presidencial también resolvió relajar la velocidad de cumplimiento de las metas del acuerdo rubricadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI), luego de que Silvina Batakis ratificara en su designación los objetivos del programa negociado por su predecesor para sustituir las pautas de devolución del fracasado préstamo otorgado en 2018 a la administración de Mauricio Macri. La ministra dijo que seguiría el sendero de achique del déficit, que contemplaba una reducción del rojo fiscal a 2,5% del Producto Interno Bruto (PBI). En ese contexto, comunicó esta semana diferentes medidas de ajuste del gasto público que puso en alerta dirigentes sindicales y sociales.
Según lo conversado en el Olivos, tampoco habrá nuevos cambios en el Gabinete nacional en los próximos días, abriendo una situación de impasse en la crisis política del oficialismo.
El proyecto de Salario Básico Universal (SBU), al que adhieren el conjunto de los movimientos sociales con representación legislativa, fue otro punto de discusión en la agenda. Ambos dirigentes coincidieron en impulsarlo, pero arribaron como punto de entendimiento de que la iniciativa salga solo por vía parlamentaria, es decir, a través del Congreso. La Vicepresidenta apoyó la sanción de la propuesta en aquel sábado fatídico que tuvo como desenlance la renuncia de Martín Guzmán.
La duda sobre el SBU es si el oficialismo logrará juntar los votos necesarios para forzar su sanción. A juzgar por otros proyectos de ley impulsados por el Frente de Todos desde 2021, todo indicaría que el proyecto naufragará sin el respaldo de la oposición y los bloqueos provinciales. Por el momento, queda descartada la opción de que la propuesta salga firmada a través de un decreto, una decisión que reclama principalmente el líder del Frente Patria Grande y del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), Juan Grabois.
La cuestión social, como coletazo de la inestabilidad económica y la disparada inflacionaria, está entre las máximas preocupaciones de la cúpula del Frente de Todos. De hecho, la reunión entre Alberto Fernández se produjo horas después de otra cita que tuvo como invitados a los movimientos sociales afines al oficialismo.
En ese marco, el Presidente conversó con un arco representativo de referentes de esas organizaciones sociales: Esteban “Gringo” Castro, Alejandro Garfagnini, Norma Morales, Ángel Borello, Cristián Romo, Beatriz Fleischman, María Mireyra Esteves, Alejandro Abregú, Laura Pugliese, Luciano Álvarez y el diputado nacional Juan Carlos Alderete. Los que no estuvieron fueron Juan Grabois, que integra el oficialismo, y Eduardo Belliboni (Polo Obrero), opositor al Frente de Todos. Ambos están lanzados a un plan de lucha con cortes de calles y movilizaciones para exigirle más medidas de ayuda social al Gobierno, entre ellas, el SBU.
Fuente: (Infobae)