El gobierno de Javier Milei sigue adelante con su plan de licuar salarios y jubilaciones y desarmar el Estado por medio del despido de miles de trabajadores y el cierre de numerosas dependencias y programas.

En esa avanzada que está arrojando semana a semana a miles de personas por debajo de la línea de la pobreza y al desempleo, ahora le llegó el turno a la Biblioteca Nacional Mariano Moreno (BNMM).

Durante la noche del miércoles 120 trabajadores de la Biblioteca Nacional se enteraron por mail que se habían quedado sin trabajo y pasaban así a engrosar las crecientes hueste de desempleados que está dejando el plan económico de Milei y Luis «Toto» Caputo.

La encargada de comunicarles por mail a los 120 trabajadores que habían sido despedidos fue Susana Soto Pérez, la directora de la Biblioteca Nacional. En los mails que envió a cada uno de ellos les informó que no les serían renovados sus contratos a partir del 1° de abril.

«Los correos electrónicos fueron enviados por la directora de la BNMM, Susana Soto Pérez, en entusiasta cumplimiento de las directivas enviadas por la ministra Sandra Pettovello”, plantea el comunicado de ATE Biblioteca Nacional en el que advierten que “no sobran trabajadorxs”.

A poco más de cien días de iniciado el gobierno de Milei, “el conjunto de la clase trabajadora está sufriendo un brutal ajuste que implica una abrumadora transferencia de ingresos en beneficio de las minorías empresarias”.

La Biblioteca Nacional Mariano Moreno cuenta con tres sedes y tenía 915 trabajadores antes de los despidos.

La institución tiene un Museo del Libro y de la Lengua Horacio González; la Escuela de Bibliotecarios, centros de documentación e investigación dedicados a los pueblos originarios, la historieta, la literatura infantil, la cultura afro, la novela policial, el psicoanálisis y a la figura de Jorge Luis Borges; un programa de Derechos Humanos, programa de radio, una editorial y becas de investigación.

Los despidos afectaron a todas las áreas; pero hay una especial saña hacia el Museo del Libro y de la Lengua Horacio González, nombrado así por el escritor y sociólogo que lo creó y que dirigió la Biblioteca del 2005 al 2015.

“No saben qué carajo hacer con el Museo, no lo entienden, y encima se llama Horacio González”, resumió un trabajador en diálogo con Página/12 quien agregó además que el temor es que haya una segunda lista de despidos, “una segunda limpieza”.

Los despidos fueron “al voleo”. Había trabajadoras con mucha antigüedad, incluso algunas con edad de jubilarse; otros que habían entrado en la gestión del exdirector, el escritor Juan Sasturain. (Minuto Uno)

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