Frenar las emisiones de gases de efecto invernadero, reducir el monto de las importaciones de combustibles y provocar un impacto favorable sobre la salud. Sobre esas premisas el Gobierno lanzó el Plan Nacional de Transporte Sostenible, que tiene como objetivo principal definir una hoja de ruta para acelerar la adaptación de la infraestructura y operación del sector con foco en 2030.

El conjunto de estrategias y políticas a ser implementados están direccionadas al transporte de pasajeros y de carga, teniendo en cuenta que, con 13.9% de las emisiones totales, el sector es uno de los más contaminantes. Este plan es entonces un intento por agrupar y consensuar otras iniciativas dispersas en distintos ministerios y secretarías que tienen como fin transformar el sector hacia un modelo “sostenible, inteligente y resiliente” que se adapte a los efectos del cambio climático y al compromiso de las metas de emisiones nacionales para los próximos años.

En una etapa inicial, se estima que el 10% de las nuevas unidades que se incorporen a la vía pública sean a gas natural (9%) y eléctricas (1%). Esto generará un ahorro anual de 41 millones de litros de nafta y 96 millones de litros de gasoil.

Asimismo, para 2030, se apuesta a que haya 15 mil colectivos funcionando a gas, generando un ahorro de 1.800 millones de litros de gasoil; y 150 mil camiones sustentables, reduciendo 2.600 millones de litros el consumo de diésel. Además, se estima que un gran porcentaje de los vehículos que pertenecen al Estado sean híbridos y eléctricos.

El viraje a las nuevas tecnologías contempla un mix entre el GNC y la electromovilidad. El gas natural aparece como un actor central por una razón práctica, según describió en la presentación llevada a a cabo en un predio de Puerto Madero el ministro de Transporte, Alexis Guerrera: “Hablamos mucho del gas porque es el recurso natural que está más disponible en la Argentina y cuenta con una cadena de distribución muy extendida”. Como botón de muestra: la Argentina es el país con mayor cantidad de estaciones de GNC, que representan el 40% a nivel sudamericano.

Pero el plan tiene también un aspecto económico para generar un ahorro en la balanza comercial gracias a una menor importación de gasoil. En el Gobierno estiman que el año próximo se generará un ahorro aproximado de importaciones de gasoil de u$s200 millones. Una cifra “importante y necesaria para lograr el equilibrio en las reservas”, sintetizó Guerrera.

Se sabe que realizar la transición a la electromovilidad tiene sus limitantes y no podrá ser similar en todas las regiones del país. Para incentivar el traspaso, tanto en la flota de transporte pública y de carga se apunta en la primera etapa a líneas de crédito subsidiadas.

En una segunda instancia, con vistas a 2030 y 2050, el desafío pasará por preparar la infraestructura. Por ahora, aclaró el funcionario, es una invitación a “trabajar todos juntos en una mesa, sin establecer pautas obligatorias de transición porque para eso debería sancionarse una ley, y además porque no es posible esa exigencia en la medida que no esté la infraestructura acorde para cumplir con las metas”.

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