En su reaparición pública dentro del ámbito provincial, el exgobernador disertó en Concordia. Con un discurso cargado de política anunció un libro, recordó la 125 y aconsejó al gobierno salir a dar la cara. Su exposición había sido repudiada por un sector del radicalismo.


El exgobernador Sergio Urribarri finalmente disertó en Concordia convocado por el Instituto Ideario Artiguista, en el marco de los 207º aniversario de la Independencia Artiguista. Había sido repudiada su exposición pública tras haber recibido una condena de 8 años de prisión por delitos contra la administración pública cometidos durante su gestión.

Llamó a no bajar los brazos ante “el derrotismo de algunos dirigentes” y les pidió que “no bajen la cabeza” ante “porteños que no saben nada de Entre Ríos”.

Anunciado como disertante en el marco de la independencia artiguista, el discurso de Urribarri estuvo cargado de política y con épica triunfalista de la época más sólida del kirchnerismo en la Argentina, que coincidió con los años de su gestión al frente de la provincia.

Urribarri comenzó evocando la crisis de la 125 y cómo, por aquel entonces, quedó en soledad ante propios y extraños, levantando la bandera kirchnerista en la provincia, acompañado – con algunas excepciones, según aclaró- por la Liga de Intendentes Justicialistas.

«Salimos de esa como hay que salir de esta, con el mano a mano, el cara a cara. Hay que salir a la calle y dar la cara. No hay otra manera”, planteó a la dirigencia actual, al tiempo que aseguró que luego de aquella crisis el peronismo salió fortalecido en Entre Ríos y recordó las victorias de 2013 y 2015.

«Ganamos porque sabíamos que teníamos el mandato de la militancia, y ese mandato era entregarle la banda peronista a otro compañero”, advirtió, sobre el escenario electoral que se abre de cara al 2023.

El encuentro fue organizado por el Instituto Ideario Artiguista, un ámbito binacional argentino-uruguayo que cuenta con historiadores y académicos de ambos países y que preside Jorge Rachid. El organizador de esta actividad fue uno de sus miembros fundadores, Francisco Senegaglia.

«Intereses profundos»

Urribarri también habló del proceso judicial que afrontó y atribuyó su condena en primera instancia por delitos contra la administración pública al costo político de “enfrentarse y tocar intereses”.

No obstante, afirmó que “la única manera de construir algo distinto es hablando de la historia y mejorar la realidad y para eso hay que tocar intereses, callos que hay que pisar”, aseguró y anticipó que así se llamará su segundo libro: “Los callos que pisé”.

En otro tramo, Urribarri postuló que «es imposible cambiar la realidad sin incidir, aunque el costo sea escarmentar», y aclaró que «lo que no puede suceder es que esto pase en el peronismo”.

“Lo peor es ver algunos dirigentes que bajan los brazos, que bajan la cabeza ante los porteños que vienen sin saber nada de Entre Ríos. Ellos no pueden callarnos”, completó.

Un sector del radicalismo, luego de anunciarse la presencia de Urribarri en Concordia emitió un comunicado en repudio. «Con estos expositores carentes  de ética y moral», señala parte del texto que redactó la Línea Interna Radical Entre Ríos (LIRER).

«Hay una intención muy honda y peligrosa de naturalizar la delincuencia, la corrupción como algo habitual y tolerable”, sostienen.

Sin embargo, Urribarri cumplió con la presentación en suelo concordiense y mantiene una alta exposición desde su regreso al país a principios de junio, tras abandonar su cargo en la embajada argentina en Israel y Chipre.

Fuente: (Tarea Fina)

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